27 octubre 2024

Manual para migrantes (1)

“‘Ganga’ y ‘Jauja’, cada vez se oyen menos esas palabras. Parecen de chiste”. Javier Marías. Mala índole.

He ido a España, incluidos sus territorios insulares, en algunas ocasiones; muchas en virtud de mi oficio; otras pocas, en razón de mis conexiones de viaje (todas fugaces). Más reducidas aún fueron las que efectué por goce de vacaciones o por visitas familiares; fue en estas que tuve la oportunidad de descubrir ciertos vocablos o giros con los que me apercibí que allá, en Europa, se usan palabras que no utilizamos en América. Debido a varios factores (las redes, el influjo juvenil, etc.), tengo la impresión de que eso se fue haciendo cada vez más frecuente.

 

Hay algo de críptico y enigmático en todo aquello. Uno va por los caminos de España y, sobre todo en el habla coloquial, encuentra que hay que averiguar por el sentido de muchas voces y expresiones. Como escuché alguna vez, “nada es lo que parece”. Esta vez voy a dedicar un par de entradas para referirme a esos vocablos y locuciones, espero les sirva de utilidad:

 

Guay: tiene uso coloquial, es un adjetivo que indica que alguien es genial, muy chulo o estupendo; o que algo es estupendo, muy bueno o que está muy bien.

 

Cutre: se refiere a alguien tacaño, miserable, mezquino, cicatero; pero sirve también para indicar que algo es pobre, descuidado, sucio. Un bar, una calle, una ropa cutre. O también guarro, sucio, mugriento, cochambroso o de mala calidad. Cutredad es la calidad de cutre.

 

Guarro: sucio, desaseado, descuidado, desaliñado, mugriento, de mala calidad. Puede también significar persona grosera, promiscua, lasciva; algo pornográfico o sicalíptico.

 

Guiri: viene del vasco; término coloquial utilizado para designar a los turistas extranjeros.

 

Molar: verbo que viene del caló. Significa gustar, resultar agradable o estupendo.

 

Flipar: es estar o quedar maravillado o admirado. También agradar o gustar mucho a alguien. O 'perder el control bajo los efectos de las drogas', 'volverse loco' (de “to flip out”).

 

Gilipollas: adjetivo malsonante que significa necio o estúpido. Equivale a nuestro ‘pendejo”. Se usa también como sustantivo.

 

Mogollón: tiene múltiples usos. Puede significar propina o también holgazán, vago, manganzón, parásito o vividor, que vive a costa ajena. También lío, jaleo, alboroto o barullo; y, a veces, multitud, gran cantidad o montón: me gusta mogollón, tiene mogollón de problemas.

 

Borde: proviene del catalán bord, y este del latín tardío  burdus (burdo, bastardo) por tosco, basto, grosero. Dicho de una persona: Impertinente, antipática, mal intencionada. Se usa también como sustantivo.

 

Puñeta: es una palabra ‘multipropósito’. Significa dificultad o molestia. Pero también se usa para desechar algo, o para despedir a alguien despectivamente o sin miramientos. Mandar a hacer puñetas. Vete, anda a hacer puñetas. Se utiliza también para expresar que algo se ha estropeado o fracasado: el auto se fue a hacer puñetas, mi contratación se fue a hacer puñetas. Puede ser también malsonante y significa masturbarse: hacerse la puñeta. O, si no, joder la vida, fastidiar o molestar: hacer la puñeta.

 

Cachondear: verbo que significa embromar, burlarse, guasearse. Cachondeo a su vez, implica falta de seriedad o rigor; es sinónimo de juerga, jolgorio, jarana o relajo.

 

Capullo: tiene también un uso muy amplio, puede significar cosas opuestas, como novato o inexperto, o ingenuo y torpe. Puede ser malsonante porque significa prepucio o persona estúpida y molesta. Como insulto equivale a canalla, sinvergüenza o cabrón.

 

Panoli: vendría del valenciano, es contracción de “pa en oli” (pan con aceite), dicho de una persona simple, bobalicón, pánfilo, fácil de engañar. Se usa también como sustantivo (continuará).

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