Me han
preguntado acerca del significado de un verbo utilizado en el artículo que he
colgado en mi entrada anterior (“pimpear”: cuarto párrafo, luego de la frase
inicial). Asimismo, y a pesar de no ser un artículo de mi autoría, un par de
amigos me han consultado por el sentido que pudiera tener su último párrafo.
Dedico, pues, esta entrada a tratar de absolver estas dos justificadas
inquietudes. Trataré de explicarlo en la medida de lo que me sea posible…
En cuanto a lo primero, la autora dice: “eres el que pimpea o te pimpean”. El verbo “pimpear” es un vocablo utilizado en la jerigonza urbana; pudiera tener diversos significados, tales como: adornar o decorar algo, como quien hace mejoras (pintar dibujos en unos zapatos deportivos o adornar un rótulo, por ejemplo); decir cumplidos graciosos en la calle (piropear); o, simplemente, tratar de aprovecharse de (o explotar a) alguien. No se debe olvidar que pudiera tratarse de un anglicismo: su probable origen es la voz inglesa “pimp” que quiere decir chulo, proxeneta, macarra o caficho (ya me entienden), en suma: alguien cuyo oficio es ganarse la vida aprovechándose –léase, explotando por dinero– del burdo oficio de las meretrices…
Al parecer, es con este último sentido que la escritora quiso usar la frase. Así, deberíamos leerla como: “eres quien se aprovecha de los otros u otros se aprovechan de ti” (“eres el que explota o al que le explotan”). Existe una melodía de la cantante española Rosalía que utiliza esa frase exacta; es parte de la letra de la tonada “Bizcochito” que, a su vez, integra un álbum conocido como “El mal querer” (así separado, y con mala ortografía). “Malquerer”, de acuerdo con el Diccionario de la Academia, quiere decir tener ojeriza o mala voluntad hacia alguien. El álbum contaría la historia de una mujer casada con un tipo posesivo que la encierra y la maltrata movido por los celos; explicaría las vicisitudes emocionales de una mujer anulada:
“¿Tú ere’ el que pimpea o te pimpean a ti?
Yo elegí mi la’o desde el día en que nací”
En cuanto al último párrafo, será mejor que empiece por volverlo a copiar íntegramente y trate, a renglón (o párrafo) seguido, de darle una redacción que pudiera ser más legible:
“Amar es peligroso. Exige que abandones la máscara de normalidad y ofrezcas todo lo que hay dentro, esplendor y miseria, lo bello y lo terrible, todo sin editar. No trae garantía de supervivencia. Dice Alain de Botton que por eso hay quien se pasa la vida esquivándolo y llega a los 50 sereno y vacío. No saben que el propósito de la vida no es salir indemne sino ser derrotado por cosas cada vez mayores. Conquistar el espacio para poder estirarnos y crecer”.
Con ese propósito como objetivo, esta sería mi revisión:
“Amar tiene sus riesgos. Exige que abandones la máscara de normalidad y ofrezcas todo lo que hay dentro, esplendor y miseria, lo bello y lo terrible, todo sin editar. Amar no trae ninguna garantía de supervivencia. Dice Alain de Botton que por eso hay quienes se pasan la vida esquivando el amor y llegan a los cincuenta serenos y vacíos. No saben que el propósito de la vida no es salir indemnes sino aprender a ser derrotados por cosas cada vez mayores*. Por eso, hay que saber conquistar el espacio para podernos estirar y así poder crecer”…
Alain de Botton es un escritor suizo de ascendencia judía, que escribió “Cómo cambiar tu vida con Proust” (título original: “Cómo Proust puede cambiar tu vida”), libro que recomienda saber afrontar con distinta actitud los problemas que se presentan en la vida. En cuanto a la frase signada con el asterisco, varios comentaristas del artículo mencionan que pudiera tratarse de una frase de Rainer María Rilke (1875-1926). De nombre René Karl Wilhelm Johann Josef María Rilke, fue un poeta y novelista austríaco, aunque nacido en Praga, que es considerado como uno de los poetas más importantes en lengua alemana y uno de los más destacados de la literatura universal.


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