06 octubre 2018

Hipérbolo, hipérbole e hipérbola

Asunto fascinante es aquello de la etimología, eso de investigar y descubrir el origen de las palabras que usamos en forma casi cotidiana; y advertir, también muchas veces, que existen distintas probabilidades con respecto a dicho origen. Tal análisis se convierte, por lo mismo, en ocasional teoría, hipótesis, aproximación o tentativa propuesta. Por ello, no siempre basta con conocer el exacto significado de una determinada palabra; tanto o más importante resulta en ocasiones conocer el motivo para su uso original, la razón para su sentido o significado.

Existen “en la red” muchas herramientas de ayuda hoy en día. Una de ellas, muy útil para el tema que nos ocupa, responde al nombre de “Etimologías de Chile”. Su amigable y atractiva estructura hace que cada vez sean más quienes consultan este interesante portal digital relacionado con algo tan importante como el motivo para el uso de las voces que conforman nuestro idioma, la forma (y a veces la historia) de cómo están construidas las palabras. Allí se me recomienda, por ejemplo, indagar en el origen de términos como: acrónimo, alegoría, antonomasia, apóstrofe, eufemismo, galimatías, hipérbole, metáfora, onomatopeya, pleonasmo, sinécdoque, o tautología… y, claro, aquella constituye una invitación o desafío que es difícil resistir; y yo, desde luego que transijo…

Vayamos a hipérbole, por ejemplo: que viene del griego “hyperbole”, formada del prefijo “hiper” = sobre o por encima, y “bole” = lanzar o arrojar; o sea, “tirar encima”. En retórica (dice la página digital en mención) se refiere a una exageración, por ejemplo: “más rápido que una bala” o “te he dicho mil veces”. También se menciona otra voz muy parecida: hipérbola, que se usa en geometría para referirse a una “curva plana y simétrica que resulta de cortar una superficie cónica por un plano paralelo a su eje” (por ahora, solo lidiemos con la etimología, dejemos aparte la geometría).

Caso distinto es el de un nombre propio griego (¿sobrenombre, quizás?), dice la enciclopedia que era el de un demagogo ateniense que respondía al nombre de Hipérbolo, a este se lo conoce en la Historia por ser el último que habría sido condenado a una forma de destierro que antes se conocía como “ostracismo”, procedimiento que era votado en asamblea cuando la ausencia del individuo era considerada saludable para el bien público. Cuando esto sucedía el “ostraquizado” debía abandonar Atenas en un plazo de diez días y ausentarse para permanecer exilado por un plazo no menor a diez años. En nuestros días este procedimiento equivaldría a la declaratoria de “persona non grata”.

En el caso de Hipérbolo, este habría vivido en la Antigua Gracia entre cuatro y cinco siglos antes de nuestra era, había tenido un origen humilde y se había puesto de lado de los demócratas radicales. La enciclopedia dice que era “un revolucionario a su manera”, pues era comerciante y pertenecía a “la nueva clase de ricos”. Se lo consideraba un demagogo “que ejercitó el poder únicamente a través de discursos en la asamblea”. A este y a su antecesor, Cleón, se los acusa del declive de la cultura política ateniense relacionada con el fracaso de la guerra con Esparta.

No me queda muy claro por qué expulsaron a Hipérbolo, pero lo cierto es que había caído en desgracia, con harta probabilidad porque “hablaba demasiado”; quién sabe si, como sugiere su mismo nombre, porque llegó a despertar el encono general, probablemente solo por eso: ¡porque era “un exagerado”! Y quizá por ello, se tuvo que ir a vivir en la isla de Samos, donde los oligarcas locales lo asesinaron…

En cuanto al origen de la palabra “ostracismo”, el destierro con el que se condenaba en la Antigua Grecia a los ciudadanos que se consideraban peligrosos o sospechosos para la soberanía popular… sí, tienen razón, la voz viene de ostra; aunque también querría decir cáscara de huevo, caparazón e incluso un trozo de terracota en forma de concha (óstrakon). Como queda dicho, se trataba de un exilio temporal. Lo curioso es que (y de nuevo, de acuerdo al texto en referencia) la votación de marras se efectuaba al pie de una colina, donde se ubicaba un barrio conocido como “Cerámico”, el barrio de los alfareros; allí se lanzaban los trozos de barro cocido que contenían los votos de condena… Extrañas formas de castigar que puede tener la ausencia de confianza política…

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