24 septiembre 2021

Conceptos descuajeringados

No sé qué ha generado la avalancha de casualidades (¿o fue, más bien, la casualidad de la avalancha?) la que ha producido que, cual desorientado individuo que tropieza contra cualquier cosa en las tinieblas, me encuentre de sopetón y a cada rato con esa curiosa palabra a la vuelta de cada esquina. Antes de consultar el diccionario, yo mismo me exijo acudir a mi memoria visual y procuro preconcebir las probables acepciones que intuyo encontrar. Descuajeringado: carencia de armonía en el vestir o modo de caminar; condición de pérdida de cohesión de algo que antes estuvo cohesionado (un cuaderno o libro descuajeringado, por ejemplo); desarreglo o torpeza en el proceder o en la forma de movilizarse o transitar; manera errática de comportamiento. ¡Ya está! Voces relacionadas: descuajaringarse, descuajeringar.

 

Trato, ensayo, intento también con el improbable antónimo, aún a sabiendas de que no habría de tener éxito. Ahora si, acepto al desafío impredecible de significados y significantes, y emprendo en el porfiado y renovado periplo doméstico, el viaje con destino a mi biblioteca, en busca de la definición perdida, mi expedición hacia el esquivo descubrimiento de los tesoros escondidos, o por develarse, en mis callados diccionarios. Encuentro descuaje y descuajo, también el esperado participio (descuajeringado) y tanto el verbo previsto descuajeringar (que no logra ser reconocido por mi corrector ortográfico); así como otro, el impensado descuajaringar (que en cambio sí es reconocido sin asomo de dificultad). Ahora sí, concluida la indagación, resumo la enjundiosa tarea:

 

Al consultar por descuajeringar, el diccionario de la RAE me remite a descuajaringar, voz a la que define así: “1. transitivo. Desvencijar, desunir, desconcertar algo. Úsase también como pronominal. 2. pronominal coloquial. Dicho de las partes del cuerpo: Relajarse por efecto de cansancio. Usado solo hiperbólicamente”. Extrañamente incluye entre sus definiciones al participio descuajeringado, pero no al de descuajaringado, al que solo menciona como parte de la conjugación del verbo transitivo descuajaringar. Encuentro también referencias similares en el diccionario de María Moliner, como la de descuadernar. Ahora bien, si descuajaringar y sus palabras cognadas implican la idea general de desunir o deshacer algo (debido a la presencia del prefijo des), tampoco hay ninguna referencia al probable antónimo, la hipotética palabra “cuajeringar”.

 

Fue el presidente Guillermo Lasso quien en una entrevista televisada, efectuada en días pasados, utilizó el término descuajeringado (si no utilizó también algún otro término de escaso uso como parte del renovado lenguaje presidencial,) a sabiendas de que, aun para un costeño, es una voz de uso puramente coloquial. Paola Ycaza Oneto, una brillante columnista del diario El Universo, recoge también el guante del desafío, en su artículo del domingo 7 de septiembre pasado, y efectúa un recorrido histórico alrededor de nuestros, a veces cómicos y otras veces trágicos, “descuajeringamientos” como Nación y fallido Estado.

 

Así que vuelvo nuevamente sobre mi entretenida indagación; y encuentro que tanto descuajo como descuaje me conducen al verbo descuajar, conforme a lo explicado por el DLE: “1. transitivo. Licuar, transformar una sustancia sólida, cuajada o pastosa en líquida. Úsase también como pronominal. 2. transitivo. Arrancar de raíz o de cuajo plantas o malezas. 3. transitivo coloquial. Hacer a alguien desesperanzar o decaer de ánimo”. Añado que estas acepciones están introducidas con una nota etimológica inicial que aclara o ilustra el significado: “de des- y cuajar”. Por lo mismo, hace falta completar nuestro inofensivo trabajo con la consulta que resulta indispensable, aquella explicación del verbo rmencionado, la del verbo cuajar en el mismo diccionario… “6. intransitivo coloquial. Gustar, agradar, cuadrar. Fulano no me cuaja”.

 

Es esa sexta acepción, “Gustar, agradar, cuadrar”, con el ejemplo subsiguiente, la que aquí nos interesa, la que con harta probabilidad induce al antónimo, al opuesto del término que pretendemos analizar, efectuando una serie de variaciones alrededor de tan descuajeringado tema. Así llegamos a la significación de desordenado, destartalado y desarticulado, o quizá “desconchinflado”, que es el uso que las palabras mencionadas probablemente tratan de comunicar. Quizá el uso que damos a la voz descuajeringado tenga que ver con lo opuesto a la fuente etimológica del verbo cuajar, que no es otra que la palabra latina coagulare, con el sentido de hacerse sólido un líquido, coagularse. Así, des-cuajar o des-cuajeringarse vendrían a ser lo mismo que perder forma, diluirse, licuarse, deformarse, perder estructura, trastrocarse o trastornarse…

 

Hasta ahí la descuajeringada etimología del verbo descuajeringar. ¡Como para descuajeringarse de la risa!


Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario