Conversábamos
en la sobremesa el otro día y alguien se refirió –en forma si no ligera, algo irreflexiva– a los tres mil o más años de
cultura e islamismo en Irán (?)… Recordando yo que los actuales habitantes de este
país son herederos de los persas, aunque su actual religión no puede ser
anterior al tránsito de Mahoma por este valle de lágrimas (fines del siglo VI
hasta principios del VII), creí oportuno hacer la aclaración pertinente y
exponer que el tipo de islamismo que hoy se practica en esa república,
no puede tener más de catorce siglos... De hecho, Mahoma vivió entre
el 570 y el 632 de la Era Común. Los persas, por su parte, alguna vez fueron
llamados también “medos” (por eso que las guerras entre estos y los griegos fueron
llamadas “médicas”).
Mi experiencia con los países musulmanes empieza con mis vuelos en el A340 de Singapur Airlines. Quizá mis primeros vuelos entonces fueron a Emiratos Árabes y Egipto (el “shuttle” Dubai-Cairo), así como algún vuelo ocasional a Pakistán (Karachi y Lahore); sin desconocer que Singapur está también en medio de varios países islámicos (Malasia, Indonesia, Brunei). Bastante más tarde, durante los tres últimos años que ejercí como piloto (en breve contrato con Air Atlanta Icelandic, sirviendo rutas para Saudía, la línea de Arabia Saudita), estuve expuesto en forma cotidiana a volar a diferentes países islámicos: Turquía, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Irán, Pakistán, Afganistán, Bangladés, Etiopía… sin excluir, claro, al país en el que estuve basado: el reino de la casa de Saúd.
Mi vida durante esos tres años estuvo expuesta no solo a un ambiente bastante religioso, sino que por fuerza ocurrió entre cláusulas de oración y minaretes… Pero de lo que hoy quiero hablarles es de los distintos viajes que tuve oportunidad de realizar a Irán, en razón de mi oficio peregrinante (nunca mejor dicho). Mis destinos más frecuentes fueron las ciudades más pobladas: Teherán, Mashad, Isfahan, Shiraz y Tabriz (tienen entre 2.5 y 8 M de habitantes). Las mujeres visten túnicas; los varones, por lo general, utilizan una vestimenta similar a la occidental.
Debido al propósito de sus viajes, los pasajeros salían desde su lugar de origen en peregrinaje a los sitios sagrados ubicados en Arabia. En su mayoría, eran varones. Durante el vuelo, cambiaban su atuendo por un par de trozos de lienzo con los que se cubrían la cadera y la parte superior de las piernas, así como también los hombros y parte del torso. Estos periplos se hacían para cumplir con uno de los preceptos de su religión: visitar La Meca al menos una vez en la vida. Al respecto, existen dos tipos de peregrinación: una (la regular) que dura alrededor de una semana y es la más completa, se llama “hajj” (se pronuncia jash); otra, la más corta, se denomina umrah. Ambas visitan los principales lugares sagrados: la Kaaba en La Meca, Medina y las fuentes de Shamsham.
El iraní, a diferencia de los pasajeros de sus países vecinos, es algo distinto: no utiliza el avión como si estuviera en un bus en viaje terrestre ni arroja los desperdicios en el piso... tampoco desdeña el uso del cinturón de seguridad (¿para qué hacerlo si se está “en manos de Alá”?, como piensan los otros). Algo que para todos es característico, es su costumbre de transportar, de regreso a casa, un bidón de cinco galones con agua bendita, para repartir a sus familias… Para nosotros, pilotos “infieles”, era importante asegurarse de que se había añadido ese peso adicional de 20 kgs por pasajero (se volaba con más de 600 peregrinos), y no olvidarse de hacer un anuncio al momento de aproximarnos al área sagrada de La Meca o de pasar a la cuadra de ese santo lugar...
Irán es un país enorme, tiene cerca de 1,7 millones de km cuadrados, siete veces el tamaño del Ecuador); tiene también casi 100 millones de habitantes, de los cuales un 85 % son musulmanes shiítas. Los iraníes fueron sunitas (de sunna, tradición) hasta mediados del SS XVI, cuando se convirtieron en chiitas (que significa 'partidario'). Los shiítas son seguidores de Alí, el primo y yerno de Mahoma. Persia viene de las voces Fars o Pars que significan “tierra de los arios”, un pueblo indoeuropeo. Hay allí relativa libertad religiosa aunque los musulmanes enfrentan la pena de muerte en caso de apostasía. La diferencia entre sunitas y chiíes es que estos sólo reconocen como líderes legítimos a los descendientes directos de Mahoma, y se refieren a ellos como “imanes”.
Irán es una república teocrática desde 1979: un consejo religioso califica a quienes se postulan para dirigir el gobierno. Se lo conoció como Persia desde el primer milenio a. C.; está en Medio Oriente, pero sus pobladores no son árabes; fue conquistado por los musulmanes, a mediados del SS VII. Es también un país muy rico en petróleo y dispone de grandes reservas minerales. En los últimos años ha desarrollado una gran capacidad nuclear. Casi un 70 % de su territorio es montañoso; he tenido oportunidad de admirar muchas veces los montes Zagros, el macizo montañoso (conjuntos de cordilleras) más extenso que hubiese sobrevolado jamás en mi vida.

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