01 septiembre 2014

Como un acto de fe...

La vida se nos convierte a veces en una cláusula de espera, en un acto de fe. Eso han sido para mí estos últimos meses: como un acto de fe! Y es que... aquel día de marzo todo ocurrió demasiado rápido, casi sin que yo mismo cayera en cuenta… Y, para cuando se había decidido que me sometería a un cateterismo, para confirmar una posible obstrucción cardiovascular, era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Se hubiese encontrado o no la mencionada irregularidad, este era considerado ya como un “procedimiento invasivo”, un tipo de intervención que, a pesar de su asombrosa sencillez, determina una suspensión de seis meses en un oficio que lo he venido ejercitando los últimos cuarenta y cinco años de mi vida. Y así, sin que hubiese tenido tiempo para evaluar las implicaciones ni las consecuencias, en pocas horas tuve que admitir mi inminente nueva condición: debía afrontar una inesperada para médica para el siguiente semestre de mi profesión y de mi vida!

Podría pensarse que los seguros médicos vienen en nuestro auxilio en casos como este. La verdad es que -como la experiencia nos enseña y todos lo saben- los seguros no siempre son tan bondadosos, precisamente cuando uno más los necesita. Las pólizas con frecuencia contienen cláusulas excluyentes, aquellas que nunca nos dimos el trabajo de analizar ni de descubrir: la ominosa y nunca advertida "letra pequeñita"... Y es que, además, el mío es un contrato atípico, un "no contrato" si se quiere, en razón a que la mía es una relación "freelance", una que efectúo sólo cuando estoy disponible y solamente cuando “me necesitan”.

Esta situación particular implica que el seguro médico que debería protegerme en forma general y permanente, sólo es efectivo cuando me encuentro en actividad de vuelo; dicho de otro modo: “sólo cuando estoy disponible para realizar tareas relacionadas con el itinerario que ha sido organizado por mi empresa”. Esto suena -en principio- algo injusto, aunque tiene su implacable lógica, pues no existe una relación laboral permanente, no hay lo que se llama una “relación de dependencia”. El mío es un trabajo destinado a efectuar una tarea particular, un compromiso "a destajo" para realizar una tarea específica.

Es por este motivo, que utilizando una vieja nota humorística, puedo decir que en estos últimos meses he estado afectado por el SIDA (sin ingresos desde abril). Lo más importante: no he podido tampoco realizar una actividad que disfruto y que todavía me permite sentirme productivo.

No me ha quedado más remedio que "ponerme a esperar a que pase el tiempo". Existe para estos casos un protocolo que no sólo determina una suspensión temporal, sino un proceso de re-certificación específico que exige un número determinado de pruebas para confirmar la capacidad médica y garantizar la seguridad aérea que, como en este caso, pudiera estar involucrada. Cabe comentar que nunca me sentí mal médicamente y que si decidí someterme a la mencionada intervención fue justamente para asegurar mi idoneidad física.

Frente a esto, existen hoy varias posibilidades debido a que mi actividad está respaldada en dos licencias distintas: la nacional en la que consta la habilitación para el equipo que vuelo, y la islandesa que convalida la primera a efecto de que pueda ejercitar -en el ámbito europeo- sus prerrogativas y atribuciones. Puede inferirse entonces que he tenido que someterme a un proceso un tanto largo y riguroso; pero lo he aceptado consciente de las probables contingencias…

Ha surgido, sin embargo, un inesperado ingrediente de última hora: hoy existe un nuevo trámite para la renovación de visa para el país en el que me basa mi compañía. A pesar de que esa visa se me venía concediendo en el aeropuerto de ingreso, y de que nuestro país mantiene normales relaciones diplomáticas con ese país en forma específica, la entidad hoy encargada ha negado la renovación de mi visado debido a la nacionalidad de mi pasaporte (?). Espero que este asunto pronto sea revisado y corregido. Mientras tanto, he de sentirme abocado a un nuevo período de espera. Será, sin duda, como un nuevo acto de fe...

Quito

Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario