25 febrero 2018

Anatomía del circunloquio

Oigo por todas partes aquello de que el inglés es un idioma directo y conciso y que, por ello, es el idioma de las finanzas y de la tecnología. Nosotros mismo, quienes hablamos castellano o español, nos encargamos de verle las costuras al idioma que nos identifica y reconocemos muchas veces que utilizamos demasiadas palabras para expresar la misma cosa. ¿Cómo traducir “briefing”, por ejemplo? Y, en lugar de decir “reunión previa para informar o dar instrucciones”, preferimos contemporizar y damos paso a la lógica de un idioma que utiliza una sola palabra para expresar lo que, para decir lo mismo, el español necesita toda una frase.

En este sentido, lo insólito puede ser que teniendo la palabra a la mano, ya sea porque ella existe en nuestro idioma o porque la podíamos haber tomado prestada de una lengua emparentada, como el latín, preferimos un giro ampuloso o una frase adverbial innecesariamente larga. No decimos “procrastinar”, por ejemplo; preferimos un “dejar para mañana lo que podía hacerse hoy”. Ni siquiera utilizamos en este caso, palabras como diferir, postergar o retrasar... Es posible que así mismo sea el alma latina, amiga del circunloquio, de girar alrededor, de dar las vueltas como si la intención no fuera precisamente expresarse con claridad, sino disimular la intención de lo que se quiere decir, ocultar el propósito de lo que se está diciendo.

Mas sin embargo (como dicen algo al sur del Río Grande) lo contrario puede que también sea cierto, y es posible que los sajones también digan en su idioma frases un tanto largas, que bien pueden ser reemplazadas por una sola palabra en nuestro idioma. Esto efectivamente sucede en algunas ocasiones; así, no dicen, como nosotros, algo tan prosaico como “se murió” o “falleció”; prefieren algo más poético como “passed away” (se alejó), lo cual casi debería interpretarse como “pasó a mejor vida” o “se salió del camino”... Quizá por las mismas razones han importado palabras como siesta, solo o loco (nap, alone o crazy) y hasta un innecesario sombrero. Lo mismo sucede con rodeo que, por rara coincidencia, quiere también decir eso: circunloquio.

Pocas expresiones caen más en este prurito que aquella utilizada para expresar que algo está de más, que sobra, que es un excedente, que está en exceso o que es innecesario, como la expresión “surplus to requirements”. Esta es una forma usada en el ambiente laboral para manifestar que alguien es redundante, que está sobrando o que se ha convertido en superávit; pero puede ser utilizada también, acompañada de “you make me feel”, como cuando se quiere expresar: “me haces sentir que estoy de más”...

Es arquetípica, en nuestro idioma, la frase con la que solemos cerrar nuestras misivas comerciales u oficios administrativos, me refiero a aquella de “con el sentimiento de mi más distinguida consideración”. En el inglés se la reemplaza con algo más puntual y lacónico. Solo se termina con un breve “regards” o, a lo sumo, “best regards” que pudieran traducirse como “saludos”; o, si se prefiere, como “respetos” o “consideraciones”, nada como “with the testimony of my warmest feelings”... No, ¡nada tan cursi e innecesario como eso!

El habla corriente, sin que casi nos demos cuenta, está repleta de circunloquios, giros, recursos retóricos o eufemismos. Basta con mencionar unos pocos: asentar cabeza (casarse), persona de la tercera edad o adulto mayor (anciano), ir al baño (hacer aguas), cambiar de agua al canario (orinar), asistente administrativo (ayudante), ver con buenos ojos (aprobar o dar el visto bueno) y así por ese orden. Tal parece que la intención es suavizar nuestras expresiones para que no suenen ofensivas o parezcan mal sonantes. Giros como “persona de color” o “trabajadora sexual” no hacen sino tratar de ocultar expresiones que podrían no ser socialmente aceptadas o  “políticamente correctas”. Por ello es que preferimos la perífrasis o la disimulada indirecta.

Acabo de leer un artículo periodístico que habla de la existencia de un “think tank” (literalmente “tanque de ideas o pensamientos”), y no puedo sino pensar en el valor figurativo de ese circunloquio  que hoy se utiliza para expresar el concepto de un "centro de estudios o de análisis conducido por un grupo de expertos".

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