17 febrero 2023

Equívocos y significados

Existen palabras equívocas, se escriben y pronuncian igual pero tienen distinto significado. Piénsese en “cura” por ejemplo, quiere decir el remedio o la acción de sanar y también el personaje religioso; o, “capital” con el sentido de suma de dinero o de entidad geográfica; o, ¿por qué no? “vela”, de la conjugación del verbo velar o la pieza de esperma para alumbrar; o, incluso, el trozo de lona que impulsa un barco. Hay también “equívocos etimológicos” cuando en el interés de traducir un término de otro idioma, sin atender a su real significado y sin la debida prolijidad, se adopta un vocablo con solo atender a su proximidad semántica.

 

Esto pudo haber ocurrido cuando se tradujo la expresión “Altes Mittelalter”, del alemán, y se adoptó el adjetivo “alta” para identificar una etapa histórica de la Edad Media: la Alta Edad Media (“alt” quiere decir viejo en el idioma teutón). Inofensivo como parece, esto ocasionó una comprensible confusión. En efecto, si comparamos años como el 800 y el 1200, ¿cuál pudiera pertenecer a la Alta Edad Media? A juzgar por el guarismo, probablemente el 1200 se nos ocurra “más alto”. Por el contrario: si revisamos el texto físico, vamos a comprobar que el mismo sigue un orden cronológico (de antes hacia después); por lo tanto, lo anterior iría primero, es decir “más alto” (o más arriba lo más antiguo). A estos factores pudiera deberse que el uso del término pudiera parecernos tan equívoco.

 

Lo mismo sucede cuando hablamos de Alto (o Bajo) Imperio. De modo que, para tener claro (cuando nos referimos a las edades históricas), solo hace falta relacionar alta con anciana o antigua; y baja para expresar una etapa histórica considerada como más nueva o menos vieja. Ya en la práctica, la Edad Media (para Occidente) va desde la caída del Imperio Romano (deposición de  Rómulo Augústulo, en el año 476) hasta la toma de Constantinopla por los turcos otomanos en 1453 (favor ver Itinerario Náutico de 25 de enero de 2022). Esta fecha se relaciona también con la de otros dos acontecimientos históricos: el invento de la imprenta y el final de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. Para algunos autores, sin embargo, la Edad Media terminaría con el Descubrimiento de América en 1492.

 

No obstante, el concepto de Edad Media es una interpretación europea y, si se quiere, árabe o del Medio Oriente; hablar de Edad Media es un convencionalismo de carácter europeo y mediterráneo; no  aplicable para el Lejano Oriente: China o Japón, por ejemplo. Ahora, para el caso de situar un determinado episodio histórico, ya sea en la Alta o Baja Edad Media, el punto de referencia es el año del primer milenio: el año 1000 d.C. En otras palabras, la Alta Edad Media iría desde el siglo V hasta el X, y la Baja desde el XI al XV. Es bueno también señalar que para algunos autores hay una forma de clasificación, que incluye una cláusula que va entre las dos edades y que estos denominan “Plena Edad Media”. Aquí hay que tener un poco de cuidado, pues no es lo mismo que decir: “en plena” Edad Media.

 

Cuando se dice Plena Edad Media se utiliza el adjetivo con el sentido de cima, punto máximo o intermedio. No obstante, pleno es otro término también un tanto equívoco; si no, nótese, como ejemplo, ¿a qué parte del vuelo nos referimos si expresamos: “experimentaron severa turbulencia en pleno vuelo”. Aquí no se tiene claro –para usar fraseología aeronáutica– si dicha turbulencia ocurrió al principio, en el medio o al final del crucero (antes del descenso). O qué tal esta otra: “lo despertaron en pleno sueño”… ¿Hablamos de las once de la noche, de las tres o las cinco de la madrugada?

 

Vamos a coincidir en que “pleno” es hoy en día un vocablo bastante abusado; puede significar cualquier cosa, buena o mala. La gente lo usa en forma coloquial con el sentido de súper, brutal o espléndido…no solo con el de completo, lleno o entero. Resulta curiosa la aplicación de estos términos para referirse a algo que alcanza plenitud. No es lo mismo decir que se ha efectuado un viaje “pleno” (“plenazo” dirían los jóvenes) o que “robaron a plena luz del día”. Ni qué decir: que la Asamblea se ha reunido en Pleno…

 

Quizá se nos quede una última inquietud en el tintero: ¿es correcto decir “el” Alta Edad Media, o se debe decir “la” Alta Edad Media?… He descubierto que la norma para utilizar el artículo (el o uno) para el singular de las palabras de género femenino que empiezan con “a” tónica, solo es válida para los sustantivos, no para los adjetivos. Se dice el área, el aguja, el abeja, por ejemplo (pero las áreas, las agujas o las abejas). Sin embargo, la regla no se aplica para los adjetivos: “ la chica de la izquierda es mi hija, la alta”; o también: “el cisma ocurrió durante la Alta Edad Media”. 

 

Así que, no equivocarse… ¡Y, muchas gracias por volar en Ecuatoriana!


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