24 marzo 2023

El nombre de Brasil

Una madrugada en Miami, volando el 707 carguero de Ecuatoriana, y listo con mi tripulación para partir de regreso a Quito, se nos dispuso cambiar nuestro destino y llevar el avión a Bogotá con el propósito de trasladar el circo de Hanna Barbera a Río de Janeiro; fue así como efectué mi primer viaje al Brasil. Me pareció este un país de gente alegre, amigable y tranquila; tenía una bandera colorida que ostentaba una sugestiva leyenda: Orden y Progreso.

Parece una verdad de Perogrullo pero Brasil es un país enorme, uno de los cinco más grandes del mundo. Tiene una extensión de ocho millones y medio de kilómetros cuadrados (unas 33 veces el tamaño del Ecuador): de hecho, ello representa la mitad del tamaño de Sudamérica. Parece que la casualidad ha querido que su forma sea también muy parecida a la del subcontinente; se pudiera decir que es su caricatura… Cuenta con 215 millones de personas y tiene fronteras con todos los países de América del Sur, con excepción de Chile y Ecuador. En días pasados, revisando “La palabra del día” de Ricardo Soca”, he encontrado algo interesante respecto al nombre de ese país:

 

“El origen del nombre de este país sudamericano ha dado lugar a nada menos que once hipótesis diferentes, que el filólogo brasilero Adelino José da Silva Azevedo resumió en una sola, en un libro publicado en 1967. En él prueba que se trata de una voz de procedencia celta, aunque sus orígenes más remotos pueden rastrearse hasta los fenicios. quienes mantuvieron un intenso comercio de un colorante rojo, que extraían de un mineral cuyos principales proveedores eran los celtas, pueblo que explotaba yacimientos desde Iberia hasta Irlanda”.

 

“Los griegos sucedieron a los fenicios en el comercio de este producto al que llamaban kinnabar, que pasó al latín como cinnabar, al portugués como cinábrio y al español como cinabrio. Una de las características de las lenguas celtas es la inversión de partículas: así, al kinnabar lo llamaron barkino, que dio lugar a nuestro barcino, adjetivo que se aplica a ciertos animales de pelaje rojizo y que, con variantes, pasó a designar el color rojo en varias lenguas de influencia celta”. “En efecto, en la Edad Media, los artesanos empezaron a usar un colorante rojo extraído de la madera, que en la Toscana se llamó verzino; en Venecia, berzi y en Génova, brazi, nombre que muy pronto designó también la madera de donde se sacaba, conocida en España como ‘palo brasil’ o ‘palo de Fernambuco’ (debe tratarse de 'Pernambuco', estado de Brasil, cuya capital es Recife), y en Portugal, como ‘pau-brasil’”.

 

“En la época de los descubrimientos, los portugueses guardaban celosamente el secreto de todo cuanto hallaban y conquistaban, a fin de explotarlo con más ventaja. Pero no tardó en correrse la voz en Europa de que habían descubierto una cierta ‘isla de Brazil’, de donde extraían el ‘palo brasil’. El gentilicio brasileiro, surgido en el siglo XVI, se refería inicialmente a los que comerciaban con aquella madera, y, más tarde, a los portugueses que llegaban a esa región de Sudamérica en busca de fortuna” (Hasta aquí la glosa referida).

 

Ha sido, además, revisando la Wikipedia, que he encontrado otra interesante como curiosa referencia: dice que “este ya era un nombre conocido incluso antes del Descubrimiento de América”. En efecto, señala que “en las cartas náuticas medievales, aparece a menudo una «isla Brasil» en el océano Atlántico. El caso más antiguo es el mapa de Angelino Dulcert de 1325”. Los dos párrafos que copio a continuación están tomados del mismo documento:

 

“Tras el descubrimiento de América por parte de los españoles, se comenzó a llamar Brasil a la región en la cual existía un árbol (Caesalpinia echinata) que usaban los amerindios de las selvas del litoral brasileño (Mata Atlántica), llamado por los portugueses pau-brasil. Este árbol desprendía un color rojizo al hervirse en agua, que recordaba las llamas de un fuego, o las brasas del carbón ardiendo. De ahí el nombre de terra do pau-brasil (tierra del palo brasil)”.

 

“Durante la colonización de Brasil, por parte de la corona de Portugal, los portugueses exportaron ese nuevo tinte para colorear sus ropas en la vieja Europa. Su afán por los beneficios económicos llevó al pau-brasil a su extinción en casi la totalidad del territorio brasileño. Antes de tomar su nombre definitivo, el actual territorio de Brasil fue designado de diferentes maneras: Monte Pascual (cuando los portugueses avistaron el terreno por primera vez), Isla de Vera Cruz, Tierra de Santa Cruz, Nueva Lusitania, Cabralia (la tierra de Cabral), etc.”


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