20 junio 2023

¡Faltaría más!

Mi proposición, para no tildarla de teoría, es que las lenguas, al igual que los seres vivos, también evolucionan. Y así como las palabras van admitiendo más significados o van alterando su original sentido, las locuciones también van haciéndolo para expresar con menos (o distintas) palabras la misma intención. Piénsese en un ¡ño!, por ejemplo, que no solo abrevia un vocablo sino toda una frase repleta de profanidad e injuriosa intención. Esto pudo haber sucedido con una frase como “Ya no faltaría nada más para que sea el colmo”, que pudo haberse convertido, con el tiempo, en algo más corto, como un “no faltaría más” o, incluso, en un lacónico “faltaría más”, como dicen los peninsulares.

 

Pienso en esto cuando me preguntan de dónde salió aquel “no faltaba más” o su sucedáneo “no faltaría más” que usamos ocasionalmente; y, cuando en forma casi simultánea, me invitan a reflexionar en cómo traduciríamos, o pudiéramos traducir, esa curiosa expresión al inglés, obviamente sin que suene ridículamente literal… Lo invito a que usted lo haga, amable lector. ¡Sí, inténtelo usted!

 

Es probable que la dificultad estribe en que la expresión se utiliza en castellano para dos situaciones diferentes, que producen significados no solo distintos sino incluso adversos. En nuestro idioma respondemos como un “no faltaría (o, no faltaba) más” en dos situaciones particulares: la primera, cuando una persona ayuda a otra y esta le agradece, entonces la que ofreció su ayuda desmerece su propio esfuerzo y emite un “no faltaría más”. La segunda ocurre cuando expresamos rechazo, o implicamos en forma definitiva que discrepamos, y emitimos la frase para significar que aquello nos parece el colmo, algo con lo que jamás pudiéramos estar de acuerdo. Respondemos entonces con un vehemente y enérgico “no faltaría más”. Tal parece que solo sería cuestión de tono, pero es la misma frase: una, usada en forma de dadivosa cortesía; y otra como firme rechazo (aunque, a veces, en tono de excusa anticipada).

 

Para resumir, tanto el uso de “no faltaba más” como de “no faltaría más” quisieran expresar tres intenciones distintas, de acuerdo con la condición, si esta es de cortesía o de rechazo:

- No hay de qué, claro que sí o desde luego, como expresión de cortesía;

- Desde luego que no o de ninguna manera, como rechazo (un "qué te has creído");

- Desde luego que sí (se trataría de un “no podría aceptar otra cosa por respuesta”).

 

Ahora bien, para el caso de traducir al inglés, podemos utilizar distintas opciones: para el caso de la expresión como cortesía, suponemos que representa un “no hay de qué”; por lo mismo, pudiéramos usar varias formas equivalentes: of course, don’t mention it o by all means. Para el caso de rechazo, sin embargo, la expresión representa un enérgico “desde luego”, o un “habrase visto”, aunque siempre elevado de tono, en cuya circunstancia requerirá de un firme “that goes without saying” o de un más lacónico y simple “no way”. Dependiendo, en uno y otro caso, de si hay rechazo o si solo usamos la expresión como una básica forma de cordialidad y cortesía.

 

A excepción de “El habla de Ecuador”, el diccionario de ecuatorianismos de C.J. Córdova, la expresión no está recogida en los demás diccionarios del habla de nuestro país. Córdova lo incluye con la expresión “no faltaba más”, o con lo que considera una locución vulgar: “no (o ni) faltara más”; y subraya que es más común y corriente la primera (pretérito imperfecto o copretérito) que la segunda (pretérito perfecto/pretérito). Para el ilustre lingüista cuencano se trataría de un ecuatorianismo (por ello lo incluye en su texto) con el carácter de una locución que se utiliza “para indicar qué hay algo irregular en lo dicho o hecho y que se censura”. Interpretamos, en cualquier caso, que únicamente se refiere a la opción de rechazo, pero no considera la de cortesía.

 

Sin embargo, ese “no faltaría” –o “no faltaba más”– no se trataría de un americanismo y aun menos de un ecuatorianismo; el propio diccionario de la Academia señala lo correspondiente a este respecto: No faltaba más: 1. expr. U. para rechazar una proposición por absurda o inadmisible. 2. expr. U. para manifestar la disposición favorable al cumplimiento de lo que se ha requerido”, (en este último caso, sin signo de admiración y bajando de tono). Nótese, para muestra de ejemplo, el sentido de la expresión utilizada en un artículo escrito por Arturo Pérez Reverte y reproducido en este blog en diciembre pasado (“Me tenéis acorralado…”) cuya parte final transcribo: “Dirán ustedes que si eso ocurre, también yo me iría al diablo. Y sí, en efecto. Me iría, o me iré con todos. Faltaría más. Pero podrán reconocerme entre quienes suelten carcajadas. Aquí murió Sansón, dirá esa risa, con todos los filisteos”.


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