09 junio 2023

Les misérables

Estuve leyendo en estos días Los miserables del francés Víctor Marie Hugo. La mía es una versión ‘abreviada’ de la famosa obra; no digo ‘resumida’, lo cual es diferente (aun así contiene sobre 500 páginas). Intuyo que en estas versiones los editores revisan la obra y reducen ciertas partes, por considerarlas menos importantes, con el objeto de hacer más amena la obra y que esto facilite la mejor comprensión del relato; espero, con ello, no haber perdido importantes secciones. Existen repetidas y amplias digresiones en la obra que hacen que, en ocasiones, deje de parecer una novela, y adquiera caracteres más bien de un ensayo político, y aun religioso, de tipo didáctico. La obra no es una novela–novela; a veces desaparece el elegante narrador y aparece el obcecado polemista.

 

Tampoco logra ser una novela histórica, al estilo de Guerra y Paz de Tolstoi. Por eso, y como parcial ensayo que es, a veces se aleja del argumento, aunque no de la manera que lo hace Tolstoi, que convierte sus comentarios en una crónica reflexiva, pero sin descuidar el guión, usando continuos comentarios para ilustrar las vicisitudes de la política europea, el desarrollo de las batallas, la participación de la aristocracia, el fervor del nacionalismo ruso o la situación del campesinado. A ratos, Hugo convierte la obra en un manifiesto, en una proclama de sus ideas; su evidente inquina hacia ciertos sectores de la Iglesia habría provocado la inclusión de sus obras en el Índice, razón para la que estas hubiesen sido proscritas en los planes de estudio de ciertos establecimientos educacionales.

 

Hugo, que vivió algo más de 80 años (1802-1885) se habría tomado veinte para estructurar el contenido y argumento de Los miserables (se publicaría en 1862). La novela no es la historia de una revancha, en la guisa de El conde de Montecristo de Alejandro Dumas, tampoco es –dado el título– un relato social que describe la vida de los menesterosos y desposeídos; no, por lo menos en la línea de las novelas de índole social del canario Benito Pérez Galdós. Pero es una apología de la enmienda y la reparación; un alegato en favor de la prodigalidad y la indulgencia. Se trata de la conversión de un ex convicto que deviene en hombre próspero gracias a su trabajo honrado y luego se convierte en el benefactor del lugar que más tarde lo escogería como su burgomaestre.

 

Víctor Hugo había sido el menor de tres hermanos, todos escritores; había nacido tres años después de Balzac (1799-1850) y casi veinte antes que Flaubert (1821-1880, pero los sobrevivió a los dos; siempre estuvo interesado en los problemas de Francia y su voz se fue ganando la confianza, el afecto y la admiración de los franceses; era el tercer hijo de un general imperial a quien se había distinguido con un título nobiliario en el tiempo de Napoleón.

 

La novela es la historia de un convicto que va a prisión por robar un pan para ayudar a alimentar a sus sobrinos. Ya recluido, su sentencia es extendida debido a sus intentos de evasión. Pasa en la cárcel casi veinte años; al ser liberado, va a servir en casa de un santo varón, se trata de un obispo indulgente y dadivoso que se interesa por su redención. El impenitente ladronzuelo se llama Jean Valjean (uno de los nombres más famosos que hay en la literatura) quien insiste en robar en casa del obispo. Cuando las autoridades llegan a acusarlo y aprenderlo, el religioso niega el hurto y hace un obsequio al infractor para favorecer su futura reformación. Esto propicia la transformación del malhechor, quien pasa a regir su vida con una actitud de reparación frente a las angustias de los menesterosos.

 

La contrapartida ejerce un gendarme que persigue en forma obsesiva al desprendido Jean Valjean: Javert lo acosa con un sentido rígido de la aplicación de la ley; jamás da tregua al ex–recluso quien, por caridad, ha tomado a cargo el cuidado de una dulce y pequeña huérfana llamada Cosette. Cuando las circunstancias confluyen, Valjean tiene oportunidad de ultimar a Javert pero –en un gesto de increíble generosidad– decide no hacerle daño, finge haberle disparado y le perdona la vida. Javert, confundido y atribulado, también perdona al reo y lo deja escapar. Más tarde, arrepentido, sugiere cambios administrativos, decide segar su vida y se arroja a las aguas del Sena.

 

La novela de Víctor Hugo ha pasado a convertirse en una de las obras más importantes y más leídas de la literatura francesa y universal. El autor es un escritor romántico, sin embargo hay mucho en la obra influenciado por el realismo europeo del siglo XIX. Más que describir la condición de los indigentes y necesitados, el título de la obra tiene que ver con los discapacitados o desvalidos morales, aquellos seres miserables que deciden vivir solo para aprovecharse de la condición ajena y que parecen poner todo su empeño en hacer aún más angustiosa la vida de los demás.


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