09 febrero 2024

Aquello de “Hold short”

Existen ‘equívocos’; de ellos está repleta la aviación. Son términos que por su múltiple sentido, pueden ser usados en forma incorrecta o de modo ‘equivocado’. La comunicación en aeronáutica ha avanzado mucho pero está lejos de ser perfecta, persisten expresiones que pueden tener varios significados, en especial si no existe nitidez en la transmisión o si se las interpreta con un sentido que no fue el propósito del emisor. La costumbre puede ocasionar más de un mal rato y no sería raro que nos involucre en más de un problema. La “fuerza de la costumbre”, nos hace decir cosas que no intentábamos. Tal es el grado de expectativa que muchas veces escuchamos solo lo que queremos oír…

Esto viene a propósito del incomprensible accidente de Japan Airlines, en el que un Airbus–350 que se disponía a aterrizar en el aeropuerto Haneda de Tokio, colisionó con un Dash–8 de la guardia costera, cuya tripulación interpretó que había recibido autorización para tomar posición en la cabecera de pista. A este respecto, algunos compañeros pudimos analizar un video preparado por un piloto-comunicador (se hace llamar Capi. Layton) que recogía algunos aspectos relacionados con el siniestro, como la incursión no autorizada del Dash–8 y la razón para que la tripulación del Airbus no hubiese interrumpido su aproximación y efectuado un oportuno Go-Around.

 

Primero, quisiera explicar por qué los pilotos de Japan no habrían abortado la aproximación. Se entiende que, como la aeronave ya estaba autorizada para aterrizar, la tripulación supuso que la pista estaba libre y no contó con la posible presencia de un avión en la cabecera. Tal vez las luces de la pista disimulaban o distorsionaban su presencia. Por otra parte, existe en Factores Humanos, un aspecto psicológico aplicado en prevención e investigación de accidentes, se conoce como “visión de túnel” o fijación: el piloto viene tan concentrado que pudiera desatender otros aspectos.

 

Algo en ese video sugería un probable lapsus: quien lo preparó consideraba la situación del avión “pendiente de la autorización” de despegue como de “hold short”. Una vez revisada la cinta, expresé que aunque coincidía con el criterio del comentarista, hacía notar el lapsus mencionado. Quizá Leyton se refería, sin intención, a la condición de “position and hold” (mantenerse en cabecera y esperar) como de “hold short”. No obstante, tan pronto como lo hice, “Something funny happened in the way to the fórum”… alguien más joven, y quizá mejor actualizado, hizo notar que, justo para evitar confusiones se había optado, años atrás, por un cambio de fraseología. Se había reemplazado “Taxi into the position and hold” (Vaya a posición y mantenga) por “Line up and wait” (Cuádrese y espere), asunto que –por esas cosas que tiene la memoria– yo no había tomado en cuenta; habría olvidado que la fraseología cambió.

 

“By the way”, creo que está muy bien que cada cual tenga sus ideas y sepa discrepar; para eso mismo solemos entrenar a nuestros copilotos: para que “hablen alto”, sepan expresar su criterio y sean asertivos. En lo personal, no me incomoda que me hagan caer en cuenta cuando pudiera estar equivocado. Si alguien me hace una observación, no es que quiera contrapuntearme o darse de sabiondo: nadie es perfecto, cualquiera se equivoca. Más bien ha sido, justo por esa aclaración, que he advertido que el accidente pudo haber ocurrido por culpa de la misma fraseología y que un oscuro mensaje pudo haberse constituido en factor contribuyente, tanto si se dijo “HOLD” o se dijo “WAIT”. ¿Qué tal si se le dijo al Dash-8 que espere (wait) por instrucciones y entendió que continúe hacia la cabecera?…

 

Hubo, por lástima, una transmisión borrosa emitida por la torre que resultó determinante. En ese caso, ya ni siquiera importaría lo que habría dicho el operador, sino –sobre todo– lo que pudo haber entendido la tripulación del avión en tierra. Para saber qué pudo haber pasado, sería necesario saber cuál fue el mensaje emitido por el controlador, haya dicho lo que haya dicho. Es siempre posible que, atendiendo a una insistente solicitud de autorización de despegue (o por propia iniciativa), el controlador haya más bien informado de la presencia del A–350 en final e instruido al Dash-8 que debía continuar pendiente. Fue, al comunicar esta instrucción, que el controlador pudo haber utilizado una expresión –cualquiera que esta haya sido– que pudo ocasionar (por su falta de nitidez) la interpretación errónea.

 

Sí, cualquier palabra pudo crear la confusión; en especial si la transmisión fue borrosa; y peor si los tripulantes no hablaban buen inglés o no estaban familiarizados con la fraseología. Todas estas tragedias dejan enseñanzas. Lo sucedido, que es muy triste y lamentable, quizá impulse a que se busque una fraseología más clara, y un nuevo protocolo de comunicación; algo así como una señal adicional de semáforo para ingresar a la cabecera...


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