19 septiembre 2025

Las otras Pléyades

El verbo “destacar significa adelantarse a otros, aventajarlos; es también exceder, descollar, prevalecer, despuntar… Eso es lo que constituye una pléyade (del latín Pleĭas, -ădis 'constelación de las Pléyades', y este del griego Πλειάς, -άδος Pleiás, -ádos): un grupo de gente que sobresale en una misma época; y cuyos sinónimos son: generación, hornada… La Biblioteca de la Pléiade (Bibliotèque de la Pléiade, en francés) es, por su parte, una famosa colección de libros, creada en 1931 por un joven editor francés, Jacques Schiffrin, que se propuso seleccionar un conjunto de obras de autores clásicos y presentarla en formato de bolsillo. Otro innovador –él mismo un destacado escritor– llamado André Gide, se preocupó de comprometer a Ediciones Gallimard para continuar con la tarea.

En la actualidad, La Pléiade escoge una lista de acuerdo con el tema que se haya elegido y la relevancia que hubiese adquirido un determinado autor. Al principio solo se escogieron obras de escritores franceses; sin embargo, poco a poco se han enviado a imprenta, los trabajos de nuevos escritores de otras lenguas y nacionalidades, en atención al reconocimiento que hace, en forma permanente, un consejo editorial. De este modo, siempre están en “el horno” hasta una quincena de obras destacadas; algunas merecen reedición, dependiendo de la demanda.

 

Pero “pléyade” (femenino), puede también referirse a un racimo de estrellas que puede identificarse a simple vista, ubicado en la constelación de Tauro; también lo conocen como las Siete Hermanas o M45, por ese motivo, y por extensión, se conoce del mismo modo a un grupo sobresaliente de siete personalidades ilustres. Ese cúmulo estelar contiene un sinnúmero de estrellas jóvenes y es conocido desde la antigüedad por su prominente resplandor. La belleza de esta “constelación dentro de otra” se ha reconocido en la mitología de varias culturas.

 

Este “ramillete” constituye un manojo de estrellas que pueden ser vistas sin ayuda del telescopio. Es, por otra parte, uno de los cúmulos estelares más próximos a la tierra. Es pues de fácil observación, especialmente durante el invierno en el hemisferio norte, aunque es posible ubicarlo desde el hemisferio sur en los meses del verano austral. Pero también se lo conoce con una gran variedad de nombres adicionales: las Siete Cabrillas; Subaru (en japonés; de ahí las estrellas que lleva el logotipo de esa marca de vehículos); las Seguidoras o Mul Mul. Las Pléyades han aparecido en diversas culturas: mayas, indios, japoneses, griegos; al ser siete en total, se usa el vocablo para designar a un grupo de siete individuos notables, destacados por su talento en el ámbito de las letras, las ciencias o la filosofía.

 

Dicen las enciclopedias que las Pléyades, en la mitología griega, eran “las siete hijas del titán Atlas y de la ninfa Pléyone (de ahí su nombre), hermanas que se convirtieron en estrellas para escapar del cazador Orión. Estas ninfas acompañaban a Artemisa, la diosa de la caza, y se las consideraba progenitoras de muchas estirpes en la mitología griega”. Orión se habría enamorado de las Pléyades y las habría perseguido ‘con deseo desmedido…” De acuerdo con la versión de Hyginus (un escritor latino, liberto de Augusto, mencionado por Suetonio) en realidad solo trataba de seducir a su madre. Zeus (Júpiter en latín) protegió a las hermanas y las ubicó arriba, entre las estrellas; desde entonces, Orión las persigue noche tras noche…


 

Las siete hermanas se llamaban Maya, Electra, Alción, Taigete, Astérope, Celeno y Mérope. Se dice que eran ninfas del séquito o cohorte de Artemisa. Eran, además, medio hermanastras de las siete Híades, otro cúmulo estelar cercano al de las Pléyades. En aspectos de espiritualidad, de acuerdo con otra referencia, las Siete Cabrillas constituyen una guía espiritual; representan la sabiduría, el amor filial, la armonía y paz espiritual, la evolución de la conciencia… Y ya que nos hemos metido a escarbar en la astronomía, y en medio del insondable Universo, las Pléyades son vecinas de una de las estrellas más brillantes que existen: una que se llama Aldebarán.

 

Aldebarán es una gigante roja; su radio angular es unas 45 veces el tamaño de nuestro Sol; lo que significa que si a este lo compararamos con un grano de azucar, aquella parecería una pelota de ping-pong. En realidad resulta fácil ubicarla en el cielo: se la localiza hacia la derecha (o nororiente) de las estrellas que forman el “cinturón” de Orión, a las que mucha gente conoce como Las tres Marías; se la descubre en la proyección de ese mismo cinturón. El nombre de Aldebarán proviene del árabe الدبران, al-dabarān, cuyo significado es “el que sigue”, en referencia a que la estrella parece que “persigue” a las Pléyades en su recorrido nocturno a través del firmamento.



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