15 noviembre 2017

¿Escogiendo un derrotero? *

* Tomado de AeroTime. Con mi traducción y edición.

Comenzar una carrera puede ser difícil, no importa la profesión. Todo se reduce a escoger las opciones: primer empleo, primer país (entre el de origen o salir al exterior) y así, por ese orden. Esta vez conversamos con Kirsty Ferguson, una guía para entrevistas de empleo con 18 años de experiencia. Ella comparte sus consejos para pilotos recién calificados:

¿Qué dirección tomar? Las opciones son: dar instrucción; entrar en aviación general, en aviación regional o en las principales aerolíneas. No se trata de acertar o errar. Cada una tiene ventajas y desventajas. En gran parte depende de cada uno, de las motivaciones o de lo que se desea para el día a día y las experiencias que se desea probar. Kirsty aconseja meditar con calma, anotar las metas y principales objetivos, eso ayuda a decidir qué camino tomar. No todos los pilotos quieren llegar a comandar un jet, sea o no de cabina ancha. Veamos pues las distintas alternativas:

Instructor: Muchas escuelas ofrecen a sus graduados roles de instructor cuando terminan su entrenamiento. Es pájaro en mano. Para qué esperar un llamado de las aerolíneas si se puede tener enseguida esa opción y empezar a acumular horas sin tener que participar en un arduo proceso de reclutamiento. A menudo, conseguir la primera oferta es dificultoso, con cientos de pilotos compitiendo por entrar en la aviación general o en las aerolíneas. Existe un proceso progresivo en la carrera de instructor hasta que se obtienen los más altos niveles.

¿Qué desventajas hay? Uno se constriñe a una sola región o espacio aéreo, lo que quizá limita la diversidad de la experiencia. El alumno va a hacer la mayor parte del manejo de los controles y esto puede limitar la velocidad a la que se acumule experiencia. Los aviones utilizados son mono-motores o bimotores ligeros sin progresión hacia los aviones grandes. La experiencia enseña que tener sólo estas bases puede ser dificultoso a la hora de aplicar para las grandes aerolíneas, aunque ello ayude a cumplir con los requisitos mínimos.

Aviación General: Aquí hay bastante competencia, con cientos de pilotos tratando de empezar. Muy competitivo, pero no imposible. En este sector hay operadores pequeños que manejan vuelos charter o turísticos, vuelos de prospección, ambulancia aérea, vuelos ejecutivos o de rescate, para nombrar unos pocos. Los aviones son pequeños mono-motores o bimotores, y quizá unos pocos jets corporativos. La mayoría son operaciones de un solo piloto; algunas incluyen tripulaciones múltiples, pero todas ayudan a acumular las horas que se requieren para volar otros aviones de tripulación múltiple.

La aviación general ofrece una gran variedad de tipos de vuelo y representa, por lo general, una práctica más beneficiosa. El piloto trabaja directamente con sus pasajeros y tiene que gestionar un sinnúmero de situaciones diferentes. Muchos operadores pequeños tienen varios tipos de avión, aunque hace falta que se animen a adquirir aviones más grandes. Por lo general los pilotos de AG prueban de tres a seis operadores distintos en su aventura de completar sus horas, con el objetivo de alcanzar los requisitos que imponen las aerolíneas.

Operadoras regionales y aerolíneas: la mayoría sueña con volar un jet y afianzarse en una aerolínea que les ofrezca progreso y estabilidad. Esto se puede alcanzar con las regionales, que vuelan turboprops grandes o jets de mediano tamaño; o por medio de las aerolíneas que ofrecen vuelos domésticos o destinos internacionales en diversos tipos de jet comercial. Estas empresas ofrecen dos tipos de plan: formar cadetes o encargarse del entrenamiento. El uno, se conoce como "ab initio", para candidatos con cero experiencia; el otro, es un programa avanzado destinado para cadetes, el mismo que exige licencia comercial y un mínimo de horas.

Algunas empresas asumen el costo del entrenamiento, otras tienen esquemas de recuperación de costos. Algunas proveen una posición de primero o segundo oficial, a la conclusión del entrenamiento. Lo importante es estar preparado para aplicar para las aerolíneas, que tienen procesos rigurosos de evaluación y reclutamiento, que incluyen una gama compleja de pruebas de selección. Si uno cree que este es el sendero adecuado para empezar, debe prepararse a conciencia para tener éxito en las pruebas. Ya ingresado en la aerolínea, uno debe planear unos años de preparación (alrededor de diez en el Ecuador) antes de llegar a comandante.

A veces las aerolíneas tienen más de un tipo de avión, ahí existe la posibilidad de moverse entre las distintas flotas de acuerdo con la antigüedad, la estructura de flota o de rutas y la frecuencia de las oportunidades. ¿Desventajas? Realmente no hay muchas. El proceso de ingreso es duro; se puede empezar como segundo oficial en un jet de cabina ancha, sin oportunidad de tocar los controles; no hay chance de "volar" por unos pocos años. No todos pueden estar felices con ello. Pero, si se empieza como primer oficial, se vuela un turbo prop o en un jet de cabina angosta; ello implica "poder volar el avión" desde el principio.

Los principales elementos a considerar, a la hora de escoger lo más conveniente, son los siguientes:
- Estabilidad y progreso profesional dentro de la empresa;
- Una flota joven y con nueva tecnología;
- Un progreso regular y una cultura de apoyo en equipo;
- Altos estándares de entrenamiento;
- Un récord ejemplar de seguridad aérea.

Cualquier rol fuera del de las aerolíneas es, también, un escalón hacia una posición en los jets de transporte, a menos que se prefiera seguir en los vuelos regionales o corporativos, o quizá en el trabajo de instructor. Sin embargo, la experiencia que se adquiere fuera de las aerolíneas, es uno de los más interesantes tipos de vuelo que uno puede enfrentar. Así que... ¿Qué ha decidido? En realidad, se puede probar de todo un poco. ¡Se vienen tiempos excitantes, y también importantes decisiones que se tienen que tomar!

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