26 agosto 2020

35 años del accidente de JAL

* Escrito por: Pijus Jauniskis
  Tomado de AeroTime Hub, con mi traducción

Este último 12 de agosto, marcó el 35 aniversario del accidente del vuelo 123 de Japan Airlines; el accidente, de un solo avión, registrado como más mortal en la historia de la aviación, y en el que 520 personas perdieron su vida. En 1985, un Boeing 747SR de Japan Airlines, en ruta entre Haneda-Tokio (HND) y Osaka, se declaró en emergencia a los 12 minutos de vuelo, antes de estrellarse cerca del Monte Takamagahara, 32 minutos después.

El avión despegó de Haneda, y sin siquiera completar su primer cuarto de hora, sufrió una descompresión repentina y la rotura del techo cerca de los baños, lo que produjo daños en el fuselaje trasero y despresurizaron del avión, dañando el estabilizador vertical y cortando las líneas de los cuatro sistemas hidráulicos. Después de perder el control hidráulico, el 747 comenzó a oscilar en ciclos fugoides que duraron unos 90 segundos cada uno. Ya sin su estabilizador, la aeronave tampoco tuvo estabilidad de cabeceo, enviando a todo el avión a una serie de “Dutch Rolls”, de un lado para el otro, que se repitieron cada 12 segundos.

Sin presurización, el 747 permaneció fluctuando entre 20.000 y 24.000 pies durante 18 minutos. Los pilotos se toparon con una situación casi imposible de resolver, luchando por descubrir cómo descender sin poder contar con los controles de vuelo. Es probable que sus capacidades cognitivas se hubieran deteriorado ya que se vieron privados de oxígeno a esa altitud. Las grabaciones de voz sugieren que ninguno de los pilotos había alcanzado a colocarse sus máscaras de oxígeno, ya que sus voces se escuchaban con claridad.

Minutos antes de que el 747 se estrellara cerca del monte Takamagahara, los pilotos intentaron estabilizar la aeronave con una serie de rápidos impulsos que no tuvieron efecto. En la grabación, se pueden escuchar los últimos momentos antes del impacto, cuando el Capitán exclama: "¡Ya no hay nada que podamos hacer!", después de los últimos intentos inútiles de los pilotos por controlar el avión. Tras el impacto, el 747SR explotó.

Luego del accidente, un navegante de la Fuerza Aérea de EE UU, estacionado en la Base Aérea de Yokota, declaró haber monitoreado la llamada de socorro y haber preparado las operaciones de búsqueda y rescate cuando aún era de día, pero que las autoridades japonesas decidieron cancelarlas. El personal de Yokota permaneció en espera después del incidente, pero no recibió permiso para iniciar el rescate. Después del anochecer, un helicóptero de la JSDF (Japan Self Defense Forces), divisó el lugar del siniestro pero no pudo aterrizar debido a la mala visibilidad y al terreno montañoso. El piloto informó que no vio señales de sobrevivientes desde el aire, pero el personal de la JSDF solo fue despachado para iniciar la búsqueda a la mañana siguiente.

El equipo médico había encontrado a cuatro sobrevivientes, de los 524 pasajeros, entre los escombros. También se identificaron cuerpos con tales heridas que sugerían que muchos habían muerto por conmoción y exposición nocturna. Un médico dijo: "Si el descubrimiento hubiera ocurrido diez horas antes, podríamos haber encontrado más sobrevivientes". Yumi Ochiai, una de los cuatro sobrevivientes, recordaba luces y sonidos de los helicópteros, poco después de despertarse en medio de los escombros. Podía escuchar los gritos y gemidos de otros sobrevivientes, pero los sonidos se fueron apagando gradualmente durante la noche.

Según el informe de la comisión investigadora, la aeronave estuvo involucrada en otro incidente por colisión siete años atrás. Durante ese incidente, el mamparo trasero resultó dañado y las reparaciones no se ajustaban a los métodos aprobados por la Boeing. Para reforzar el mamparo, los técnicos utilizaron dos placas sobrepuestas en lugar de una sola con tres filas de remaches. El mamparo se redujo a un 70% de su resistencia original. La comisión había calculado que la reparación inadecuada podía haber producido fallas luego de 10,000 ciclos; la aeronave completó 12,318 vuelos luego de la revisión defectuosa…

En consecuencia, y luego de tanto vuelo, el mamparo comenzó a agrietarse cerca de las filas de remaches que lo mantenían unido. Y cuando falló y resultó en una descompresión rápida, esto rompió las líneas de los cuatro sistemas hidráulicos y desprendió el estabilizador vertical, convirtiendo la aeronave en un aparato incontrolable.

Después del accidente, Japan Airlines no asumió ninguna responsabilidad directa por la tragedia y la declaró como un "accidente". La empresa pagó 780 millones de yenes (7,6 millones de dólares) a las familias de las víctimas, no como una compensación sino como "ayuda por condolencia". Sin embargo, su reputación sufrió una caída del 25% en el tráfico nacional, ya que la mayoría de la gente se cambió a All Nippon Airways, en busca de una "alternativa más segura". A raíz del accidente de Japan Airlines, el presidente de la compañía dimitió de su cargo; el gerente de mantenimiento se suicidó, para expiar el trágico evento; y el ingeniero que liberó al 747SR, antes de su último vuelo, también se quitó la vida luego del accidente.

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