14 julio 2014

Más allá de un virus

Se nos fue convirtiendo en un virus. Y todos, casi sin que cayesen en cuenta, empezaron a utilizar esa curiosa manera de expresarse. "Más allá de", por aquí, "más allá de", por allá. En parte, creo que tiene que ver con la influencia de una forma de decir que resulta común en el sur del continente, en el habla argentina, y que nos fue llegando a través de los comentarios deportivos y de las entrevistas relacionadas con el fútbol. Lo cómico es que se ha convertido en un clisé, en una frase copiada, en un abuso mecánicamente repetido. “Más allá de esto", por aquí y por allá.

De golpe el "más allá de" se fue convirtiendo en un omnipresente lugar común. En algo parecido al "o sea" o al "digamos", y ya no parecería existir comentarista o expositor que en algo se precie (o aprecie) que no transija al embrujo aparente de su utilización. Lo que no queda nunca claro es qué es lo que se quiere subrayar o qué es lo que se quiere obviar o esconder. Cuando lo escuchamos no logramos aprehender su real intención. ¿Quieren decir con ello acaso "no solo eso"? ¿Quizá, "aparte de"? ¿Qué mismo es lo que, quienes usan ese “más allá”, pretenden significar?

Por mi parte, he tratado de poner atención a todas esas frases en las que se ejercita su uso. Alguien que está hablando de las limitaciones técnicas de un determinado equipo, por ejemplo, empieza por advertir aquello de "Más allá de los méritos del equipo contrincante". Si uno pone especial atención a lo que parecería ser la intención de la frase en mención, ha de notar que no queda claro con qué propósito fue utilizada. Tal vez, "tomando además en cuenta"? Quizá, "sin embargo", o "no obstante"? O, tal vez, con ese siempre repetido "más allá de", se quiere expresar un "sin tomar en cuenta" o un "sin entrar a considerar" esto o lo otro...

Lo cierto es que, mucho "más allá de" lo que sus cultores quieran realmente decir, el uso se fue convirtiendo no solo en un empleo recurrente, sino en una innecesaria moda que fue adquiriendo un sesgo un tanto viral. Quisiera conjeturar que se trata de una forma usada para expresar (o quizá reemplazar) tanto un "sin embargo" como un "además de". De ahí el carácter impreciso que contiene. No se entiende si con ello se insinúa que es algo que se quiere subrayar o algo de lo cual nada se quiere decir, algo que se prefiere pasar por alto o callar.

Pero este coloquial "más allá de" nada tiene que ver con otro que en apariencia también se ha ido convirtiendo en fórmula preferida para encabezar o poner título a ciertas noticias, crónicas o ensayos. Ejemplos abundan y sobran. Les entrego dos: "Más allá de las canas", o "Más allá de la cocina", con lo que sus autores parecería que quieren expresar la idea de "algo más profundo que" o "al otro lado de" este o algún otro asunto. Piénsese por ejemplo en este sugerente titular: "Más allá de la realidad", aunque -en este preciso caso- no se trate de la intención de hablar de ultratumba; es decir, de referirse a un contingente "más allá"...

Hago estas ociosas digresiones cuando ya ha finalizado el absorbente mundial de fútbol. Sin duda, este se ha constituido en uno de los más entretenidos mundiales que ha habido en la historia. Es evidente que a su éxito, y a nuestro especial disfrute, ha contribuido el alto grado de sofisticación a que han llegado las transmisiones televisivas. A la claridad y nitidez de esas transmisiones se han sumado todos esos recursos que permiten repetir las más importantes incidencias, revisar las jugadas que generan controversia y la disposición táctica de los equipos participantes. Tal parece que poder presenciar estas transmisiones conlleva ventajas que ni siquiera obtienen quienes se hallan presentes en los mismos estadios.

Alemania ha quedado campeón. Es un justo ganador, siempre se exhibió como el conjunto más completo y mejor preparado del torneo. La gran desilusión para los latinoamericanos fue aquello de que uno de sus equipos no pudiera lograr el ansiado trofeo. En cuanto al triste y especial desengaño que sufrió el equipo anfitrión, empiezo a pensar que aquello de no tener que participar en los partidos eliminatorios, a la larga más bien le perjudicó como equipo y no le favoreció como se hubiera esperado… Ahora, a Brasil, no le queda más que prepararse y ver qué pasa luego de otros cuatro años, "más allá" de lo que el destino le pudiera deparar!

Casablanca

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