28 junio 2022

Eso de “hacer llegar”

En días pasados dejé suspendida en el aire (“blowing in the wind”) una inquietud, aquella de si resulta realmente correcta la locución verbal “hacer llegar”, no solo porque no significa exactamente enviar o remitir (parecería sonar más distinguida que mandar), sino porque algo nos dice que pudiera tratarse de un innecesario giro de la lengua francesa. Muchos creen que el solo hecho de enviar no responde completamente a la idea de hacer llegar, pues no satisface la acción transitiva complementaria, la de entregar (o recibir). Se trataría de la misma diferencia que hay en el inglés entre los verbos transitivos “to send” y “to deliver”. Nótese que, para nuestro caso, pudiera ser más apropiado: “to pass on” (nuestro coloquial “pasar”). Del mismo modo, usamos en inglés “convey” cuando la intención es la de entregar un mensaje o transmitir un saludo o felicitación.

 

Para empezar, el uso de hacer llegar es frecuente, si no común, tanto en España como en América. Es probable que la intención de dicha utilización estribe en un cierto cultismo, es decir en el deseo de no usar una expresión de apariencia prosaica como sería “voy a mandar” o “voy a enviar”. A la gente pudiera parecerle preferible, más elegante y apropiado –sobre todo en lenguaje administrativo– el uso de un “voy a hacerle llegar” o cualquiera de sus variantes (me ha hecho llegar, te haré llegar, me hizo llegar, etc.). Nótese, como antes se había indicado, que el mero envío no cumple con la intención final de la transferencia que no es otra que la recepción, aquella que completa la entrega de lo enviado.

 

Semánticamente, por otra parte, enviar no puede significar lo mismo que hacer llegar. Sería fácil demostrarlo con un simple ejemplo y para ello reemplazaríamos enviamos por hicimos llegar: “le hicimos llegar el billete al pasajero pero no lo recibió”… por ejemplo. Aquí parecería haber una cierta inconsistencia; entonces, ¿en qué mismo quedamos, le hicimos llegar o no?, si le hicimos llegar el billete, ¿por qué no lo recibió? Por ello, hay quienes sostienen que hacer llegar solo debería utilizarse con referencia al pasado, pues no se puede asegurar la entrega si se refiere al futuro; personalmente, pienso que no, pues cuando usamos la expresión no estamos afirmando que haremos la supuesta entrega sino únicamente que nos aseguraremos de que la misma se produzca.

 

De acuerdo con el diccionario, una acepción del verbo hacer es la de componer o arreglar (en el sentido de “hacer preparativos”); así decimos: hacer la maleta, hacer la cama o hacer el desayuno, no estamos indicando que vamos a fabricar o a construir ni la cama, ni la maleta ni la comida. Con idéntico propósito, si digo hago llegar significa que “hago preparativos o arreglos para que algo se entregue”; aunque, si digo “me hizo llegar”, ya no se habla de los eventuales arreglos o preparativos sino puntualmente de algo que ya se cumplió, pues ya se lo entregó. Otra forma muy común de hacer llegar es su utilización con el sentido de participar o de entregar algo que no es físico, como cuando decimos hago llegar mi saludo o mis felicitaciones. Sería justamente el uso con este mismo sentido el que influiría para que también se use para el caso de cualquier otra entrega física.

 

En cuanto a que se trate de un galicismo o de un giro de otra lengua europea adaptado a nuestro idioma, parece que un uso similar existe en otras lenguas del romance, pero no en el latín y tampoco en el italiano; lo que hace probable que también otros idiomas de origen latino (portugués, catalán) lo hayan tomado de otra lengua, y eventualmente del francés. Respecto a esta posibilidad, hay quienes piensan que no solo sería un innecesario galicismo (si se trata del francés), sino incluso un disparate. Por lástima no domino el francés, ni lo he podido confirmar, por lo que dejo esta posibilidad en el campo de la conjetura.

 

Pero, existe un uso de la locución que sería perfectamente aceptable, es cuando hablamos de llegar a tiempo o de llegar tarde a un evento específico y culpamos a una determinada circunstancia de un eventual retraso; esta situación nada tiene que ver con un envío o entrega. Así podemos referirnos a un determinado motivo para justificar que algo se encargó de “hacer(nos) llegar tarde”; un caso similar es cuando se utiliza la expresión para invocar una expectativa de carácter positivo, como “hacer llegar lejos”. Pero, en estos casos, se trata de variantes que ya no están relacionadas con el verbo entregar.


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