10 enero 2012

Semblanza de un caudillo

Había nacido en un día de abril y sus padres no venían de familias acomodadas. Sin embargo, ellos habían puesto mucho empeño en que pudiera destacarse en sus actividades en la vida. Su padre habría sido muy estricto y lo castigaba si no hacía lo que se le indicaba. A pesar de ello, siempre supo destacarse en la escuela primaria y todo parecía indicar que esto le abriría las puertas hacia un brillante futuro académico. Pronto se convirtió en muy popular entre sus compañeros y por ello, era admirado por sus dotes de liderazgo. Desde temprano había sido muy religioso e inclusive habría llegado a considerar el convertirse en clérigo…

La vida secundaria le presentó con otras realidades y así descubrió que había perdido parte de su inmensa popularidad con sus compañeros, quienes ahora ya no estaban dispuestos a considerarlo como a uno de sus líderes. En esos tiempos disfrutaba de juegos que involucraban peleas y enfrentamientos, y su distracción favorita consistía en desempeñar el papel de explorador y de comando en tareas de rescate. Otro de sus intereses importantes en el colegio fueron las artes; para entonces su relación con su padre se había deteriorado y dicho conflicto solo terminaría con su deceso. La madre siempre trataba de halagarlo. Parece que se tomaba un trago de vez en cuando, pero más tarde descubrió que el alcohol era una experiencia humillante.

Terminada la secundaria se fue al exterior a continuar con sus estudios. Se dice que aunque era cauto en sus acciones, no le importaba arriesgar su vida e impresionar a sus superiores ofreciéndose como voluntario para misiones peligrosas. Algunos de sus condiscípulos lo recuerdan como raro o extravagante, comentan que le gustaba aislarse en una esquina y en silencio; y que, de pronto, se levantaba y empezaba a improvisar con sus arengas. Sus exabruptos eran diatribas y ataques frecuentes contra quienes él consideraba que eran culpables de los males del país. Sin embargo de sus éxitos tempranos, le tomó algún tiempo en hacerse conocer públicamente. Esto probablemente obedeció a que debido a su excéntrico comportamiento, sus superiores tenían recelo que sus seguidores pudiesen llegar a considerarlo como un individuo extraño.

Alguna vez soportó una experiencia traumática en un hospital militar y se dice que entraba en estados profundos de depresión y que no paraba de llorar. Para entonces ya se había dejado seducir por palabras como socialismo y revolución, aunque no apoyaba el estricto sentido de igualdad. Más tarde se involucraría en actividades académicas, las que aprovechaba para promover su filosofía política. De este modo, quien antes había sido ignorado cuando hacía discursos políticos, pasó de golpe a tener una audiencia cautiva. De pronto, el personaje ya no se sintió aislado y poco a poco fue participando de sus ideas nacionalistas. Así fue depurando sus habilidades de persuasión y su facilidad para el proselitismo.

Se dice que siempre llegaba tarde, con lo que creaba una atmósfera de tensión y un cierto sentido de expectativa. Se paraba en la tarima, miraba a su audiencia y esperaba hasta que existiera absoluto silencio antes de empezar con su discurso. Al principio se veía nervioso y hablaba en tono un tanto alterado; luego, lentamente tomaba confianza, se relajaba y cambiaba de estilo. Entonces se balanceaba de lado a lado y empezaba a gesticular con las manos; comenzaba a sudar, su rostro cobraba vida, sus ojos se le saltaban y su voz se le quebraba con la emoción. Entonces se disparaba contra las injusticias y jugaba con las emociones de su audiencia: sobre todo, con la envidia y el odio. Al final del discurso, el público entraba en un estado de histeria, y estaba dispuesto a realizar cualquier cosa que Hitler le hubiese sugerido…

Concluida su alocución, desaparecía rápidamente, rehusando ser fotografiado. Su objetivo era crear un aire de misterio, en la espera de motivar a otros para que vinieran también a escuchar al “nuevo Mesías”. Pronto creció su reputación como orador y quedaba claro que era él la principal razón para que la gente se adhiriera. Así se decidió que era conveniente incorporar la palabra “socialismo” a la propaganda del partido… Lo demás ya es conocido. Hitler no tardaría en convertirse en uno de los más grandes criminales que ha conocido la historia.

Todo lo anterior es un pequeño resumen de la primera parte de la biografía del político nazi y ha sido tomado en su integridad de un programa educacional disponible en el Internet…

Quito, enero 10 de 2012
Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario