25 marzo 2017

Chivos expiatorios

... “8 Sorteará los dos machos cabríos: uno para el Señor y otro para Azazel. 9 Tomará el que haya tocado en suerte al Señor y lo ofrecerá en sacrificio expiatorio.” Sagrada Biblia. Levítico, 16.8.

El Levítico es el tercero de los cinco libros del Pentateuco, llamados también libros de Moisés. Aunque aquellos son atribuidos a este profeta hebreo, es evidente que él sólo dirigió su escritura (se supone que nadie está en condición de narrar su propio fallecimiento). En cuanto a su extraño nombre sólo quiere decir "acerca de los levitas"; que, como se sabe, no eran sino ciertos sacerdotes que eran escogidos de la tribu de Levi, o Leví, y que estaban encargados de supervisar, normar y organizar el culto entre los practicantes del judaísmo.

El Levítico es tal vez el menos leído o consultado de los textos bíblicos, habla de temas relacionados con la tradición litúrgica judía, de las ceremonias religiosas y otros temas morales que no tienen relevancia para los que no son judíos. Se habla ahí, por ejemplo, de lo relacionado con la forma como los judíos debían realizar los sacrificios. En él se menciona por primera vez un rito que ha dado lugar a varias expresiones, como "ángel caído", "víctima propiciatoria" o "chivo expiatorio"; que no tienen otro significado que el de sugerir la existencia de alguien inocente que es acusado de ser el culpable en una determinada circunstancia. Así, este se convierte en la víctima propiciatoria o en la "cabeza de turco".

No estoy seguro de que en inglés se use esa expresión, "cabeza de turco", sea su traducción o algo parecido. Lo que sí he escuchado utilizar, con idéntico sentido, es aquello de "fall guy" (era el título de una vieja serie de televisión) en referencia a quien es agarrado como víctima y "cae" detenido, sin que sea en realidad culpable ni que exista aparente motivo. Lo que también se usa es la expresión "scapegoat", idéntica a la de chivo expiatorio, con relación al macho cabrío que se menciona en el epígrafe inicial, y relacionado con el rito judío.

Históricamente, y por tradición, pocas culturas son tan religiosas como lo es la del pueblo judío. Es notorio su celo y respeto por las distintas manifestaciones litúrgicas y por el rito ceremonial. Sin embargo, de vez en cuando el pueblo judío habría transigido ante la concupiscencia y la tentación (seres humanos y falibles al fin); ahí es cuando han surgido líderes y profetas que les recuerdan que deben retornar al camino recto y adorar a un solo dios. Estos conductores les predican que no deben rendirse ante otros dioses; y les reconvienen, entre otras cosas, cuando relajan sus costumbres o incurren en la llamada "fornicación".

Esta última es una curiosa y, quizá, un tanto olvidada palabra. Por ello, me pareció que podía ser interesante averiguar su etimología y sentido. ¿Por qué se dice así y qué es lo que significa "fornicar"?... He descubierto que el verbo viene de una palabra latina, "fornix", que quiere decir bóveda, que es el elemento arquitectónico que se encuentra en arquerías o portales. Tal parece que esos edificios eran los lugares escogidos -en el mundo romano- por las "mujeres de la vida" que desde tiempos inmemoriales se han dedicado a tareas de comercio carnal. Con el tiempo estos lugares abovedados o arcadas fueron asociadas con los burdeles. En cuanto a la palabra fornicar, su sentido se relacionó con el de ayuntamiento o cópula carnal fuera de matrimonio.

Esas prostitutas estaban relacionadas con la esclavitud y, por lo mismo, con las castas inferiores de la sociedad. Su actividad se efectuaba con múltiples clientes y era tan breve como instantánea. En Grecia se las conocía con el término "pornai" que más tarde daría origen a la palabra "pornografía". En cuanto a la actividad de hacerlo con menos clientes y estar disponible por mayor tiempo, ésta estaba asignada a las hetairas, mujeres más refinadas y que ofrecían otros tipos de entretención; eran verdaderas "escorts", geishas o damas de compañía.

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