28 agosto 2022

Al buen tuntún

Decía el Flaco Rosales, mi amigo y colega de la vieja Ecuatoriana, que en el país las empresas aéreas fracasan porque todo se hace con el criterio del “yo creo” o del “ a mi me parece”. La verdad que el Flaco llevaba más razón que un santo; esa ha sido la triste historia de nuestra aviación nacional. Se han tomado decisiones por ignorancia o novelería, sin reflexión ni previsión y, peor aún, sin planificación o asesoramiento (cuando no por conveniencias…). Jamás, ni siquiera en los aciagos días previos a sus inminentes bancarrotas, las aerolíneas se dieron el trabajo de realizar un análisis serio de sus rutas o de su equipo de vuelo; o, por lo menos, de considerar si esas rutas que volaban, las frecuencias que mantenían o el equipo de vuelo que conformaba su flota, era el más adecuado para su operación.

 

Pero esa no es una verdad válida únicamente para la industria o el quehacer aeronáutico; se aplica para cualquier emprendimiento que se intente en el país: se hacen las cosas “al buen tuntún”, sin cálculo adecuado, a la buena de Dios. Había por ahí un ingenio azucarero, por muestra de ejemplo, donde se detectaba que este desperdiciaba el bagazo de la caña y se le propuso, sin cálculo de sus reales capacidades de producción, sin análisis de la verdadera demanda y sin conocimiento del negocio y de la eventual competencia, emprender en la conformación de una fábrica de tableros aglomerados para utilizar el bagazo. Por lástima se compró equipo inadecuado; simplemente eran máquinas complejas y muy caras de operar y –como consecuente resultado– la buena iniciativa fracasó.

 

En aviación sucede lo mismo. En la década de los sesenta la compañía Área optó por dos tipos de avión que se pusieron de pronto “baratos” en el mercado: el uno, el Comet 4, que empezó a tener una serie de problemas con sus motores; y, el otro, el Convair 990, cuya compra se creía indispensable porque era necesario competir con las aerolíneas extranjeras con un equipo similar de vuelo (había llegado la era del jet), pero se adquirió un tipo de avión de costoso mantenimiento, que más tarde sería superado por los Douglas y los Boeing, que se terminaron imponiendo en el mundo de la aviación comercial. Con un poco de candidez, para no llamarle de ingenuidad, sus dirigentes habían imaginado iniciar una ruta alterna para volar a Madrid: habían pensado que al pasajero no le importaría hacer múltiples escalas intermedias de reabastecimiento en Manaos, Belém, Dakar y Casablanca…

 

Algo parecido ocurrió cuando se quiso construir un aeropuerto internacional en Manta: no se pensó en el tráfico real de pasajeros que generaba la provincia de Manabí o si el aeropuerto de Guayaquil ya satisfacía esa demanda, lo que se quiso fue construir un nuevo terminal –con la nueva pista correspondiente– a efecto de impulsar dicho tráfico (así se llama en aviación al tránsito aéreo), desconociéndose un principio fundamental de la aeronáutica moderna. Y es que la gente compra un pasaje aéreo no porque el aeropuerto le queda cerca, sino porque quiere o necesita viajar. Esto siempre ha pasado, y gente con buenos propósitos ha terminado insistiendo en planes inadecuados. Tampoco está lejos el día que los directivos de otra empresa petrolera nacional compraron un jet innecesario para su operación aduciendo que esa era la nueva tendencia en el mundo, volar en jet. Sí, eso dice su informe “técnico”.

 

Dice en forma coloquial otro de mis amigos, el Gringo, para expresar un “lo que a ti te parezca” o “lo que tú creas preferible”: “haz lo que a tú más te convenga”. Así es como se hacen las cosas y se tratan los asuntos importantes en nuestra aviación, lamentablemente. Sin estudios, sin asesoramiento y sin considerar la real necesidad de adecuar la solución al verdadero requerimiento: actúan “al buen tuntún”. Claro que la expresión suena a algo así como “a lo tonto” o “al apuro” (que así mismo es), pero parece que esta es la deformación de una frase o expresión latina, ad vultum tuum, que quiere decir eso: “a tu favor” o “ a tu conveniencia”, “como a ti mejor te parezca”…


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