04 agosto 2022

Viajes de Bartolomé Ruiz

José Toribio Medina, en su “estudio histórico” dedicado a Bartolomé Ruiz de Estrada, comienza advirtiendo que, debido a la homonimia frecuente en esos años, no se lo debería confundir con otro piloto, un tal Juan Bartolomé Ruiz de Castañeda. No explica, sin embargo, porqué su hijo fue conocido como Martín Yánez de Estrada, ni tampoco porqué lo menciona él mismo como Bartolomé Ruiz de Estrada, a lo largo de su estudio, si no tuvo reparo en identificarlo como Bartolomé Ruiz de Andrade en el título. Lo primero se debería a que eso de los apellidos, fue por un tiempo un tanto arbitrario; lo segundo pudiera deberse a un probable error tipográfico: Andrada o Andrade (hijastro) y Estrada (carretera) son apellidos portugueses y pudieran sonar parecido.

 

Bartolomé Ruiz (1482-1533) había nacido en Moguer, ciudad cercana al golfo de Cádiz y a la frontera con Portugal. Habría llegado a América en uno de los viajes de Colón y realizaba actividades entre Panamá y Centro América cuando le propusieron integrar la expedición que –Pizarro, Luque y Almagro– se proponían iniciar hacia las costas de “levante” de Panamá (Mar del Sur). “De lo que no puede caber duda –dice Medina– es de que en 1524 se hallaba en Nombre de Dios, como dueño, maestre y piloto del navío La Asunción, con el que había llegado de España trayendo caballos y otras mercancías”. “También es casi seguro –continúa el historiador chileno– que después de haber regresado del Darién a España se casase en Moguer con Bárbola Martín, oriunda como él de ese pueblo y en quien no tuvo más hijo que a Martín Yáñez de Estrada”.

 

Existe desacuerdo, entre los historiadores, en cuanto a si Ruiz realizó dos o tres viajes hacia las costas pacíficas de Suramérica (hoy Colombia y Ecuador), al servicio de Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Lo más probable es que primero realizara un viaje hasta algún sitio de la costa del sur de Manabí, tal vez el cabo de San Lorenzo, y regresara al puerto de San Juan, cerca de la actual Buenaventura; viaje desgraciado y lleno de calamidades, por lo demás, en el que solo encontrarían penurias, selvas y pantanos. Pizarro fue herido hasta con siete lanzazos y Almagro habría de perder un ojo; y estuvieron forzados a volver. Es probable que esta vez (1926) Ruiz haya llegado hasta la isla de La Plata. Conjeturo que pudieron haberla llamado así por la existencia de una concha (el espóndilus) de considerable tamaño que era utilizada por los aborígenes como moneda de intercambio.

 

En un segundo Viaje (1526), que pudiera ser continuación del primero, Ruiz lo iniciaría en el puerto de San Juan y bajaría hasta San Mateo (21 de septiembre 1526), aquí se produciría el avistamiento del velero de balsa mercante que tanto le llamó la atención y sucedería el famoso episodio de la Isla del Gallo, donde Pizarro habría arengado a sus hombres, trazando una línea en la arena, y desafiándolos a seguirle: “Al norte está Panamá con su pobreza…”. Se conoce a la gesta como la de “los trece de la fama”; en la cual, supuestamente Bartolomé Ruiz habría sido el primero en saltar la simbólica línea; según otros, no consta ni siquiera en la lista de honor. Pienso que estuvo, porque su reconocimiento como hidalgo sería más tarde parte de las Capitulaciones, negociadas por Pizarro.

 

No tengo claro si lo sucedido en la Isla del Gallo ocurrió en ese segundo viaje o si el mismo es parte de una tercera operación independiente (1527-1528). Esto porque cuando Juan Tafur bajó, por orden del gobernador de Panamá, a conminar a Pizarro para que suspenda su viaje, este habría pedido tomarse unos días para volver. Es probable, por lo mismo, que faltando a su palabra hubiera decidido bajar hasta Tumbes, y aún algo más al sur (tal vez Trujillo). Este viaje permitiría reconocer que el sur estaba más civilizado, que las selvas no eran impedimento para la exploración del litoral; que había más seguridad de riqueza, y mayor posibilidad de éxito, si se lo intentaba con mejor preparación. En este viaje, con la participación de Sebastián de Benalcázar, se habría fundado Portoviejo. 

 

Hacia 1929 Pizarro volvería a España para conseguir autorización definitiva para su empresa; ahí conseguiría, como parte de las Capitulaciones firmadas en Toledo en junio, el reconocimiento que habría prometido para su piloto mayor. Más tarde, y luego de la captura de Atahualpa,  Ruiz se trasladaría a San Miguel (Piura), para cumplir una comisión y, luego de quince días de permanencia, emprendería viaje a Cajamarca; estando a solo cuatro leguas de llegar al pueblo, le sobrevendría un mortal ataque, no se sabe si fue un infarto o un episodio de apoplejía. Era el 13 de abril de 1533.  Solo tenía 51 años. Encontraron una bolsa, que llevaba atada al cuello, con una cruz y un rosario de oro, unas perlas y dos esmeraldas. Eso, y sus tres esclavos, era todo lo que constituía su fortuna. No le habían pagado todavía los salarios de casi tres años que le correspondían como piloto mayor del Mar del Sur.


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