29 agosto 2023

Una cuestión de geografía

Muchas veces me he preguntado ¿qué es lo que hace más daño?, si la ignorancia o la mala fe. Si hemos de considerar la ignorancia como una forma de torpeza (la etimología de imbécil está relacionada con imberbe o falto de sustento), hemos de coincidir con el apotegma de Anatole France –que yo mismo he citado varias veces en este blog–, con el propósito de esbozar una respuesta coherente… Sí, no hay duda: “El tonto hace más daño que el malvado, porque el malo descansa a veces, en tanto que el necio jamás”. Salvo, desde luego, que se junten los dos ingredientes, maldad y estulticia; entonces, el resultado no puede ser otro que la devastación o la desgracia.

 

Siempre me fascinó la geografía, tal interés debe haber abonado para que optara por el oficio que escogí. Serví mis primeros siete años como piloto en el Oriente del Ecuador. Ese primer año, operando como copiloto del inolvidable DC-3, fue toda una clase práctica y permanente de geografía. En una época en la que se volaba sin radar ni radio-ayudas, lo único que permitía orientarse y ubicarse en debida forma era el conocimiento del terreno, la aplicación de la geografía. Esto marcaba la diferencia entre la inseguridad y la confianza, entre el desastre y la supervivencia. Para mi ventaja, me tocaría en suerte el mejor maestro que pude haber tenido, él era toda una enciclopedia, había volado más de 25.000 horas en la región amazónica, era Gonzalo Ruales Salgado, un pionero de la aviación.

 

Si a esos años he de añadir los últimos de mi actividad administrativa, he de concluir que he conocido la geografía del Oriente en forma más que amplia y exhaustiva. Por todo ello, me ha parecido inadecuada la forma en que se manejó la última consulta popular relacionada con la llamada “iniciativa del Yasuní”. Estoy seguro que cuando se habla de conceptos como: Yasuní (en general), Parque Nacional Yasuní, Zona Intangible del Parque Nacional Yasuní, Reserva de Biósfera Yasuní o Bloque 43 ITT, un 90% de los ecuatorianos no tiene claro de qué mismo estamos hablando. En realidad la consulta nunca se refirió al Yasuní (la palabra no estuvo mencionada en la consulta), la pregunta estaba claramente relacionada solo con el campo ITT, ubicado en el rincón nororiental del parque Yasuní.


Definamos pues esos conceptos (favor revisar el mapa de la Wildlife Conservation Society –WCS– en el internet):

  • Reserva de Biósfera Yasuni: es una amplia zona rodeada por el río Napo al oeste y al norte; linda con la frontera con el Perú por el este y con los ríos Villano y Tigre por el sur (lo pongo de manera sucinta).
  • Parque Nacional Yasuní: es una extensa zona dentro de la Reserva de Biósfera Yasuní; tiene la forma de una ‘C’ invertida; es realmente una herradura que rodea a la Reserva Étnica Waorani. Está limitada al norte por los ríos Tiputini, Salado (un afluente del Yasuní) y Yasuní; y hacia el sur por el río Curaray.
  • Zona Intangible del Parque Nacional Yasuní: es un área que equivale a una tercera parte de la Reserva de Biósfera Yasuní, y está ubicada en su lado sur-oriental. Está limitada (aproximadamente) por los ríos Nashiño y Yasuní en el lado norte y por el río Curaray en su lado sur (incluye, asimismo, la parte sur-oriental de la Reserva Waorani). Su mitad norte pertenece a la provincia de Orellana y la sur a la de Pastaza.
  • Provincia de Orellana: territorio ubicado en el Oriente del Ecuador; en su parte de levante, limita al norte con el río Napo (hasta el punto 12), sigue una línea recta hasta la quebrada Juanillas y continúa río abajo por el río Aguarico hasta su confluencia con el Napo; limita con el río Cononaco por el sur y con el Perú por el oriente.
  • Bloque 43 o ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha): superficie de exploración y explotación petroleras ubicada al norte de los ríos Nashiño y Yasuní, que no invade la Zona Intangible. El ITT, llamado también Bloque 43, se encuentra íntegramente dentro de la provincia de Orellana.

 

Por todo lo antes señalado, debería haberse tomado en cuenta lo siguiente:

 

La palabra Yasuní, NUNCA se mencionó en la pregunta elaborada en la Consulta Popular que, en forma clara y exclusiva establecía: “¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como Bloque 43, indefinidamente en el subsuelo? Sí o No”. Por lo mismo, si nunca se habló de la Zona Intangible o del Parque Nacional, sino exclusivamente del ITT, ¿por qué se efectuó la consulta a nivel nacional y no únicamente en la provincia de Orellana como mandaba la Constitución? No cabe duda que, aunque la pregunta SÍ estuvo bien formulada, NO se tuvo en cuenta su marco de jurisdicción o aplicación territorial.

 

También ha confundido al País la postura del gobierno, que esperó a que la población de la provincia afectada se expresara por la negativa, para solo entonces expresar su “duda” (que no su cuestionamiento) respecto a la constitucionalidad de la consulta. Todo ello hace conjeturar que nadie se dio oportunamente cuenta del error administrativo cometido por el Tribunal Supremo Electoral. Quizá se considere que ya es muy tarde para que la Corte Constitucional reconozca el inaudito desliz y se pronuncie frente a tan evidente error de interpretación geográfica. Me pregunto: ¿Fue este un simple acto de ignorancia o también uno de manifiesta mala fe?


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