30 diciembre 2020

AREA, TAO y ECUATORIANA *

Una historia de la aviación nacional – Parte IV

Hacia 1947 entró en el escenario aeronáutico ecuatoriano Aerotransporte Ecuatoriano C.A. ATECA,  con sede en Guayaquil.  Este grupo de siete socios, ciudadanos ecuatorianos, llegó a operar una importante flota: dos DC-3, ocho Stinson 108 (canadienses) y dos pequeñas aeronaves Piper. Al mismo tiempo se creaba la Transandina Ecuatoriana, con un DC-3 y un Curtiss C-46, duplicando los servicios de ATECA. En 1949 se pusieron de acuerdo los accionistas de las dos empresas para fusionarse y crear Aerovías Ecuatorianas C.A. AREA y buscar nuevos horizontes; la nueva compañía quedaba  al mando del Capitán Luis Arias y empezaba su consolidación como la más importante empresa en el mercado ecuatoriano.

Transportes Aéreos Orientales TAO, fue creada en 1949, para volar entre Quito y Cuenca y las regiones del Oriente ecuatoriano, para suplir las necesidades de los incipientes campos petroleros y de la provincia de Esmeraldas. Operaba el famoso Junkers 52/3M “Azuay”, que había pertenecido a la desparecida SEDTA y que fue adquirido posteriormente por la FAE. TAO centralizó sus operaciones en Shell Mera, en la provincia de Pastaza y se organizó gracias al esfuerzo y empeño de su promotor, un visionario teniente retirado de la Fuerza Aérea, Gonzalo Ruales.

A mediados de 1951, inició operaciones internacionales Aerovías Ecuatorianas C.A. AREA, con un servicio semanal internacional a la ciudad de Miami con escala en Panamá, utilizando un avión Boeing 307 Stratoliner, matrícula HC-SJC. Posteriormente, el gobierno ecuatoriano le adjudicó la explotación de las rutas domesticas; de esta forma, los permisos de cabotaje de Avianca fueron transferidos a AREA. El gobierno ecuatoriano otorgó  a la empresa un préstamo a corto plazo de un millón de dólares para establecer servicios nacionales y con aviones Douglas DC-3. Así, se iniciaron vuelos a Quito, Cuenca, Manta, Loja y Esmeraldas.

El 2 de abril de 1958, despegaba el “Azuay” de TAO, un Junkers 52, del aeropuerto de Quito, cuando uno de sus motores dejó de funcionar y en el amplio viraje para retornar a la pista, perdió un segundo motor. Su piloto, Christoph Drexel, intentó  un aterrizaje de emergencia sobre un sembrado de maíz en la zona de Cotocollao y la aeronave se partió aparatosamente en dos partes, lo que ocasionó la muerte de dos de sus doce ocupantes.

El 7 de abril, cinco días más tarde, un avión DC-3 de la compañia AREA salió de Guayaquil a las 8:00 a.m. al mando del  Capitán Bolívar Izquierdo, con 32 pasajeros con destino a la ciudad de Quito. Había sobrevolado Quevedo y cuando se disponía a cruzar la cordillera Occidental, se estrelló en La Chala, en las estribaciones de la cordillera de Chugchilán, a más de dos mil metros de altura, cerca de la población de Sigchos, con la pérdida de la totalidad de sus ocupantes. Estos dos accidentes marcaron una huella de tragedia en la historia de la aviación ecuatoriana y se recuerdan como “la semana que no se debió volar”.

AREA adquirió posteriormente un avión turbohélice Fairchild F-27, nuevo de fábrica, de última tecnología y que se adaptaba a las necesidades de entonces. Desafortunadamente, ocurrió otro desastroso accidente cuando la aeronave colisionó contra el cerro Atacazo, cuando cumplía un vuelo de itinerario entre Guayaquil y Quito, el 7 de novtiembre de 1960. Perecieron todos los ocupantes. Este grave accidente conmocionó  a la opinión pública y al Gobierno de entonces, y se optó  por suspender el permiso de operación  a la compañía.

El 1 de febrero de 1957  se creó  la Compañía Ecuatoriana de Aviación CEA, formada por un grupo de inversionistas ecuatorianos con el 81 por ciento de las acciones y la participación del empresario norteamericano Elly Heckscher, con el 19 por ciento restante. El real inversionista detrás de esta operación era el empresario Clarence N. Sheldon, quien quería establecer una red de líneas aéreas internacionales en Centro y Sudamérica que compitieran con la poderosa PANAGRA y con Braniff International, que también se consolidaba en las rutas en América Latina.  C.N. Sheldon había fundado TAN Airlines en Honduras, al igual que CINTA en Chile y APSA en el Perú. Así, los pasajeros podían volar desde Estados Unidos con precios más económicos a la mayoría de los países de Suramérica, intercambiando líneas aéreas en la ruta Santiago-Lima-Guayaquil-Quito-Cali-Panamá-Miami.

Ya para los años sesenta, CEA se identificaba como Ecuatoriana de Aviación y contaba con varias unidades Douglas DC-6, equipadas con radar y cabina presurizada y operaba desde Lima  a Guayaquil, Quito, Cali, Panamá y Miami.

* Autor: Jaime Escobar Corradine, Academia Colombiana de Historia Aérea. Con mi edición.


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