16 agosto 2013

La sabiduría de la masa *

La “sabiduría de la masa” se ha convertido en un mantra de la era del Internet. ¿Necesita usted una nueva absorbedora? Remítase a los análisis de Amazon.com. Que si el restaurante es bueno o no, pues revise lo que dice la red. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que esas evaluaciones “en línea” no siempre revelan la mejor alternativa. Un experimento masivo realizado con los seguidores de la red encuentra que tales evaluaciones son altamente susceptibles de un irracional “comportamiento en manada”; y que la manada puede ser manipulada.

Hay veces que la multitud es realmente más sabia que uno. El clásico ejemplo es el de adivinar el peso de un toro o el número de canicas en una frasco de cristal. Nuestro cálculo quizá va a estar alejado del valor real, mientras que el promedio de los pronósticos que hace la gente suele estar muy cerca del número correcto.

Pero, ¿qué pasa cuando la intención es juzgar algo menos tangible, como el valor y la calidad de un producto? De acuerdo con una teoría, la sabiduría de la masa todavía prevalece -al medir el agregado de las opiniones de la gente se produce un valor estable y confiable-. Los escépticos, sin embargo, argumentan que las opiniones de la gente son fácilmente afectadas por las de los demás. De ese modo, si se empuja a la gente en forma temprana presentándole opiniones que sean contrarias -por ejemplo exponiéndole a muy buenas (o malas) opiniones- se logra mover a la masa en direcciones opuestas. Para probar qué hipótesis es verdadera, se ha de tener que manipular a una gran cantidad de personas, para exponerlas a información falsa y determinar cómo esta afecta sus decisiones.

Un equipo liderado por Sinan Aral, un científico de sistemas del Instituto de Tecnología de Massachusetts, hizo eso exactamente: ha estado trabajando en secreto con una página de la red que evalúa nuevas historias (él dice que prefiere mantener su identidad confidencial). La página permite a los usuarios hacer comentarios acerca de esas historias y también votar a favor o en contra de los comentarios ajenos. El conteo de votos aparece como un número junto a tales comentarios y su posición es cronológica. Como consecuencia del experimento se puede, por ejemplo, averiguar en cuánto influencia la opinión ajena en nuestras elecciones (la respuesta: un montón). Esta vez se quería saber cuánto influencia la multitud en el individuo y si esto puede ser controlado desde afuera.

Por cinco meses todo comentario enviado por los usuarios, recibía un voto positivo o negativo en forma aleatoria o, como estrategia, ningún voto. El equipo entonces observaba cómo los usuarios apreciaban dichos comentarios. Así se generaron cientos de miles de comentarios, que fueron observados millones de veces y que, a su vez, merecieron tres veces más comentarios que los iniciales.

Cuando se trata de nuevos comentarios en asuntos relacionados con noticias, la masa tiende a actuar más como manada que a ser suspicaz. Los comentarios que fueron apuntalados con falsos votos positivos por parte de los investigadores, ganaron un treinta y dos por ciento más de votos positivos comparados con los de otro experimento. Para el fin del estudio, los comentarios positivos que fueron manipulados consiguieron un incremento de hasta un veinticinco por ciento. Sin embargo, lo mismo no sucedió con la manipulación negativa: los resultados de comentarios que recibieron un falso voto peyorativo fueron, por lo general, neutralizados por el siguiente voto positivo del usuario que los comentó.

“Nuestro experimento no refleja la psicología escondida detrás de las decisiones de la gente”, dice Aral, “pero, una explicación intuitiva dice que la gente es más escéptica de la influencia social negativa”. “Ellos están más inclinados a estar de acuerdo con las opiniones favorables de la gente”. Duncan Watts, un científico de la red de Microsoft Research de New York, coincide con esa conclusión. “Pero, la pregunta es si la respuesta tendenciosa positiva (en manada) es específica a esa página o valedera en forma general".

* Tomado de un artículo de prensa de Associated Press. Mi traducción.

Lagos, Nigeria, 16 de agosto de 2013
Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario