12 julio 2012

Para los ejes de la carreta…

Esta no es una carta que fue escrita para “este” Alberto, pero la he leído como si lo fuera. Fue escrita para otro –para algún otro amigo entrañable-, imagino que con esa mezcla de afecto y nostalgia que caracteriza a los adioses. Me permito compartirla con ustedes y transcribirla para que la disfruten:

“Carta para Alberto” (Bernard Fougéres)

“Cuarenta y cinco años de amistad nos unen entre galaxias, migajas de ternura, miradas de un perro callejero, rincones del alma donde nacen poemas, sangran heridas. El amigo que se va no fue para nosotros un adiós a la vida sino el hasta la vista que incluía retorno a la misma. Te despedí cada vez diciéndote “Prométeme que siempre volverás” sabiendo que nadie puede ingresar a los bastidores del destino. La amistad profunda es una lámpara que movemos para formar sombras nuevas nunca opacadas por las tinieblas. Tú me enseñaste que el silencio detiene el tiempo: nos podemos intuir con una mirada. Conozco cada rincón de tu casa, conoces la mía palmo a palmo. Renata, tu compañera de siempre, sabe que la felicidad es cuando las cosas están en su puesto. Sin Renata en tu playa las aves tendrían que aprender de nuevo a cantar perdiendo el norte en el intento. Posiblemente se apagaría tu voz.”

“Tú y yo sabemos por qué los perros ladran fuerte en noches de plenilunio, hemos mirado hacia el levante, contemplamos el sol poniente con desenfado, sabor incógnito de las despedidas. Ignoramos dónde anclaremos nuestro barco cuando nos quiten los remos, seguimos soñando con mares ignotos. Una lluvia nueva anega tus ojos; ciertas miradas tuyas, al querer desvelar lo impenetrable se quedan absortas en pos de ambiguas respuestas. Tú y Renata cogidos de los ojos se cuidan hasta cuando duermen. Les sobrecoge el terror de que podría irse el otro, quisieran irse juntos, se aferran a la idea del reencuentro en una vida sin límites. Sabemos que no basta una vida para amar del todo al ser que una vez elegimos. El afecto que sentiste por Evelina es el mismo que siento por quien es tu compañera en medio siglo.”

“Envejecer es tener sueño más ligero, rodillas más pesadas, pastillas de múltiple color para silenciar los ejes de la carreta. Cuando los cuerpos pierden su frescura llega la ternura de pasos leves, se tranquiliza la arrolladora pasión. Los que se aman con paciencia abren la boca para decir lo mismo al mismo tiempo, se ríen como tontos al recordar que una vez fueron criaturas. La vida, fogata loca que incinera corazones, sueño nutrido con ilusiones, viaje apenas largo como un soplo, es lo único que podemos obsequiar un día cualquiera al ser que escogemos para pintar nuestra existencia toda. Aquella familiaridad nuestra fue el privilegio que me otorgaste, nunca me impidió seguir admirándote pues la verdadera amistad incluye respeto. Me siento afortunado por haberte encontrado, porque me dedicaste en uno de tus libros todo un capítulo ubicado bajo la señal del afecto que merecíamos ambos. En mi casa quedó con tu presencia la de Facundo Cabral, Quino, Rostropovich, Catherine Sauvage, Julio Iglesias, Rocío Jurado, todo matizado con el vino tinto cuyos aromas siguen cantando porque los compartimos todos en inolvidable bohemia. Aquel barco frágil de papel nos regaló un plácido viaje por la vida. Sabemos que nos volveremos a encontrar en cualquier puerto de aquí o de allá. La vida es un tobogán, cada bajada nos prepara para la subida siguiente.”

Me encantaron ciertas frases... Prefiero que esas rosas sean escogidas por ustedes!

Crawley, julio 12 de 2012
Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario