09 marzo 2014

De colas y colores...

He vuelto a casa luego de más de dos meses. Ha sido grato encontrar, en aquel reducido espacio destinado para dar la bienvenida a los pasajeros con que cuenta nuestro flamante aeropuerto, a mi mujer acompañada de una pareja de queridísimos amigos. Así, el retorno se ha convertido en más emotivo, ese saber que aquello que llamamos "nuestra tierra" es también un conjunto de afectos. Hago esta inevitable reflexión pues la tierra de uno no siempre es el lugar donde se nace. Hay quienes sostienen que a la que debemos llamar así es a la tierra de nuestra infancia. Y hay quienes, como Antonio Machado, que sugieren que "sólo la tierra en que se muere es nuestra", como proclama uno de sus altivos versos.

Así, encontrarse con los amigos, entraña un cruce inevitable de comentarios, nuevas experiencias y recuerdos. Aprovechamos de una "parada técnica" para sacarle ventaja a la circunstancia de que ellos residen en la mitad del trayecto. Les comento mi intransigente opinión de los espacios mezquinos que para ciertas actividades disponen los pasajeros en el nuevo aeropuerto. Observo que nada puede dejar más patética y definitiva impresión que el poco generoso espacio que se ha asignado a la sección donde los recién llegados deben esperar para dar a sus trámites de inmigración el debido proceso.

Es tan apreciable esta deficiencia de diseño, que el espacio asignado para que los viajeros hagan fila para satisfacer su trámite de llegada, es incluso inferior al área que se ha asignado para el trámite similar de salidas en el mismo terminal aéreo. Esto demuestra una palmaria realidad, la de que nunca entró en la consideración de diseño que mientras los pasajeros que salen lo hacen en forma individual, los que llegan en cambio lo hacen en grupos numerosos. Esto, sin contar con que muchos de los vuelos internacionales llegan al mismo tiempo.

Se hace evidente, además, reconocer que en ese reducido espacio no existe el debido orden y concierto. Las señales no son claras y se observa que en la fila asignada para los viajeros nacionales y del área andina, se da cabida indebida a pasajeros de otras nacionalidades, preferentemente a turistas norteamericanos. Esto carece de control y cuando hago la observación al encargado de las instancias de chequeo de pasaportes, este elude su responsabilidad y me indica que esa es competencia de la entidad que maneja la concesión del aeropuerto.

Hay allí un canal para el uso de diplomáticos y tripulaciones; este se lo emplea también para dar trato preferencial a mujeres embarazadas y personas de la llamada "tercera edad". Mas, en la práctica, es una opción que está abierta a la viveza criolla y al subterfugio. Hay quienes la usan con el falso pretexto de que pertenecen a ese grupo que merece aquel tratamiento de privilegio. Pero, lo más frecuente y ridículo se observa cuando mujeres que no muestran las huellas de su estado de gravidez, quieren hacer uso de aquel canal cuando es evidente que lo hacen para aprovecharse de las deficiencias del mal regulado sistema. Esto constituye una burla para quienes controlan el servicio, una mofa para la ética y, sobre todo, un perjuicio para quienes deben favorecerse de aquel beneficio.

Más allá de este asunto de carácter organizativo, es fácil advertir que las casillas de control carecen de ayudas electrónicas para anunciar cuál ha pasado a estar disponible, para información expedita de quien ha llegado al primer lugar en la fila. Asunto que puede ser atendido con la provisión de un sistema simple, del mismo que ya estuvo equipado este servicio en el antiguo aeropuerto.

Mientras tomábamos un pequeño refrigerio en casa de nuestros buenos amigos, no pudimos dejar de comentar el alcance incomprensible de alguna ordenanza de carácter administrativo que ahora exige que las radios -sea su especialidad de la naturaleza que fuere- estén obligadas a emitir un acordado segmento de música nacional. Esto es un abierto contrasentido, atenta contra la libertad de los radio-escuchas de escoger el tipo de programación que más les venga en gana. No puedo sino conjeturar que se trata de una de esas políticas inconsultas que no hacen sino servir de desahogo a los complejos de inferioridad que hoy sufrimos.

Exigir que la gente escuche música que no le interesa, nada hace en beneficio de la promoción de nuestra música. Sería tan insensato como ordenar que un cierto porcentaje de los libros que se editan estén escritos en lengua aborigen; o como disponer que la gente calce alpargatas indígenas para completar su atuendo...

Quito.
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1 comentario:

  1. Estimado Alberto,
    Entiendo su frustración con eso de las mujeres de panza plana, que parecen pasarse de vivas alegando estar embarazadas para usar las filas prioritarias en el aeropuerto.
    Sin embargo, usted, que seguro es más viajado que todos nosotros, habrá notado -o quizá lo hará desde ahora- que el Ecuador es de los pocos países en los que nada o casi nada de privilegio se les da a las mujeres embarazadas. En cualquier otro aeropuerto de América Latina, las priodiades son evidentes y los funcionarios aeroportuarios están prestos a ayudar de cualquier forma a las madres con hijos pequeños o en estado de gravidez.
    Sé que no tiene por qué saberlo, pero aunque parezca contradictorio, los primeros tres o cuatro meses de embarazo, aquellos en los que una casi que tiene que andar con una ecografía o prueba de sangre pegada en la frente para que la gente le crea, son los más difíciles de sobrellevar. Náuseas, mareos, migrañas, debilidad, cansancio son algunos de los síntomas, sin siquiera mencionar que es la etapa más inestable del embarazo, en la que más de un tercio de los abortos espontáneos se producen.
    Y, sí. Hay muchas mujeres que se hacen las vivas. Pero la próxima vez que sospeche de una por el mero hecho de andar con la panza plana, por favor deténgase a pensar en todas las demás. Tener un hijo no es sólo trabajo de la madre, en lo físico y en lo emocional, pero por esos 9 meses, lo mínimo que se puede hacer, es darnos el privilegio de hacer una fila más corta, tras un largo viaje.
    Gabriela.-

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