23 junio 2013

Hallazgos "internáuticos"

Como aviador y “navegante” que soy, eso de “desplazarme con unas referencias” se ha convertido en uno de mis pasatiempos favoritos. Y eso de navegar, a más de ser una actividad exploratoria fascinante, no está exenta de réditos imprevistos.

Y todo ello, solo requiere de una cierta cuota de curiosidad, y de una especie de vocación por afirmar o ensanchar el bagaje de lo que antes nos habían enseñado o de aquello que, por nuestra cuenta, antes habíamos aprendido. Así, luego de explorar el Atlas del planeta, caigo en cuenta que, con la sola excepción de Centro América, no existe otra zona en el mundo, con un verdadero racimo de países diminutos, como aquél rincón de África ubicado hacia la parte sur-occidental de la llamada África Occidental. Aunque visto con un mayor detenimiento, los países de Europa bien pudieran también representar idéntico predicamento.

Así observo y caigo en cuenta que, en el espacio territorial equivalente a no más de cuatro veces la superficie actual del Ecuador, existe casi una docena de países cuyo nombre no cabe a veces en el tamaño que se les ha asignado en las cartas o mapas políticos. Allí, entre Mauritania, al norte, y Nigeria, hacia el oriente, existe una medialuna de diminutas naciones, una de las cuales no alcanza a superar en extensión a una de nuestras provincias australes, las de Loja o del Azuay… Y uno, claro, se pregunta ¿qué hizo posible que surjan estas extrañas circunstancias? ¿Fue, acaso, un exceso de nacionalismo o identidad; o el hecho se debió a una carencia de voluntad para consolidarse y poder federarse? ¿Se trató, quizá, como sucede en el caso europeo, de barreras de orden social, religioso o lingüístico?

Ahí, y yendo en el sentido con que escribimos, existe toda una parafernalia de países soberanos  e independientes: Senegal, Gambia (que prefiere ser conocida como “La” Gambia), Guinea-Bissau, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Burkina Faso, Ghana, Togo y Benin. Todo, un total de once naciones! Y casi todas lindantes con el Océano Atlántico Meridional. Una de ellas, Gambia -perdón, La Gambia- parece en el mapa, y en la realidad, a punto de ser atrapada por las fauces de la vecina de casi todas sus fronteras; vecina que por muchos siglos conformó el borde más occidental de las tierras continentales conocidas por los europeos: Senegal. De todas estas naciones, solo una es, en cuanto a área territorial, ligeramente más extensa que el Ecuador: se trata de Costa de Marfil.

Asimismo, navegando la red con el objeto de comparar las superficies de estos países con las de las provincias del Ecuador, he encontrado tanto la extensión como la población de las diferentes provincias ecuatorianas, sólo para descubrir que Imbabura cuenta no solo con un temprano exponente de nuestras letras, sino también con un personaje aborigen que bien pudiese ser considerado como un verdadero precursor y como un adalid de la libertad de expresión!

Se trata nada menos que de un cacique imbabureño llamado Jacinto Collahuazo, nativo de Ibarra; quien, a pesar de la discriminación de la que habría sido objeto por parte de los españoles, habría aprendido a leer y a escribir en castellano; su obra la habría compuesto en idioma quichua, apoyándose en el alfabeto latino. Collahuazo hubo de soportar la infamia del presidio y ver como todo su trabajo era entregado a la siniestra voracidad de las llamas. Un fragmento de una de sus obras habría sido descubierto sólo más tarde, cuando una cuadrilla de albañiles restauraba las paredes de un templo quiteño y se encontró con el escondido manuscrito. Era la traducción de un retazo de una poesía suya, en la que rendía homenaje a otro indígena de su raza: era su “Elegía a la muerte de Atahualpa”.

Esto tiene de fascinante la navegación; y su virtud no solo consiste en espolear nuestra curiosidad, sino que puede transportarnos desde las indagaciones de la geografía a las raíces mismas de nuestra heredad. Y ella puede descubrirnos la estatura de esos hombres altivos que nos precedieron. Ellos, con su entereza moral, supieron legarnos su mensaje de libertad. Su obra fue un testimonio de dignidad y también una proclama para reivindicar unos inalienables derechos!

Jeddah, junio 23 de 2013
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