19 julio 2013

La historia de mi vida

“The story of my life

is very plain to read

it starts the day you came

and ends the day you leave”

Neil Diamond.“The story of my life” (no requiere traducción)

En una aerolínea con numerosas tripulaciones, es poco probable que volemos con un primer oficial conocido; de hecho, lo más factible es que volemos con esa persona por primera vez. Es mínima la referencia que los comandantes podemos tener de sus horas de vuelo, de sus habilidades o desempeño. Por ello, nuestro primer diálogo siempre incluye preguntas relacionadas a su experiencia reciente o a su tiempo total en el avión. De esta manera, los pilotos sabemos qué podemos esperar de nuestros copilotos, o qué sectores y aterrizajes les podemos delegar.

Hacia la mitad del vuelo, ellos devuelven nuestra curiosidad. Quieren saber los tipos de aviones que hemos volado, el cómputo de nuestras horas de vuelo, las aerolíneas en las que hemos trabajado, el tiempo que llevamos en ese avión que nos une en una misma tripulación. Esta entrada quiere representar una versión ampliada de las respuestas que a ellos les ofrezco. Algo así como su versión digital:

Terminado el colegio se me brindó la inmediata oportunidad de viajar a USA a realizar mi curso de aviación. Tuve la suerte de a entrenarme en una academia de vuelo que tenía enorme reputación: Flight Safety. En medio de mi curso de instrumentos, fui llamado en forma urgente para que me incorporase a TAO, mi primera aerolínea, como copiloto del DC-3. Corría el año 1970; era solo un muchacho de 18 años. En mi curso inicial me había demorado en volar “solo” por primera vez; recuerdo que tenía una cierta dificultad con los vientos cruzados…

Un día, ya como copiloto, y mientras el capitán realizaba algún menester en la parte trasera del avión, me metí sin darme cuenta en un gigantesco y aterrador cúmulo-nimbo que me dejó “espantado” por algún tiempo. Esa tarde habría de aprender mi primera gran lección aeronáutica: “Hay veces que es mejor estar afuera, queriendo estar adentro; que adentro, queriendo estar afuera…” Mi único sueño, por esos días, era ganarme el reconocimiento como “un buen copiloto”.

TAO había adquirido por esos días un flamante avioncito STOL, era el Twin Otter con capacidad para veinte pasajeros. Era “la niña de los ojos” de su propietario, mi tío político el capitán Gonzalo Ruales. Para mi sorpresa, cuando sólo tenía 19 años, fui recomendado para entrenarme como comandante… Puedo decir, sin temor a equivocarme, que esos fueron los tres o cuatro mejores años de mi vida profesional. Fueron un reto permanente y un continuo aprendizaje. Pronto TAO tuvo que cerrar temporalmente sus puertas y fui a volar las “machacas” (Pilatus Porter) que la Texaco operaba en Lago Agrio. Ahí estuve por algo más de dos años.

En noviembre de 1976, fui aceptado como copiloto en Ecuatoriana de Aviación. Un par de años después fui chequeado como comandante de un Boeing 707. Tenía veintisiete años! En Ecuatoriana habría de volar algo más de 16 años; hacia el final fui entrenado para operar el Airbus A310. Luego pasé a Saeta -otra difunta aerolínea- por motivos que aquí no es necesario comentar; para entonces había intuido que era inminente el cierre de esa empresa en la que había creído que trabajaría hasta retirarme. Sin embargo, pasados otros dos años, también advertí que Saeta tampoco habría de tener un futuro promisorio.

Fue así como “crucé el charco” y fui a parar en Korean Air; ahí operaba el A300-600, una versión más grande del A310. Fue una fabulosa experiencia y siempre comentaré que las condiciones del contrato no dejaban nada qué desear. Pero, era un tipo de relación llamada “commuting” que implica trasladarse al lugar de residencia una vez por mes… Pronto habría de darme cuenta que las bondades del contrato no pagaban los estragos que me producía la movilización. Por ello, no dudé en aceptar una posterior propuesta de Singapore Airlines (SIA) para volar el Airbus 340 con base en Singapur, acompañado de la familia.

Cinco años después (2002) fui promovido al Boeing 747-400. Si incluyo los tres años que fui asignado a una empresa subsidiaria de la SIA, basada en Shanghai, puedo decir que trabajé para Singapore Airlines por un total de catorce años. Al cumplir mi edad de retiro, opté por “colgar los guantes” en forma temporal. Mas, una propuesta inexcusable me ha hecho volver a los fierros con una aerolínea que me basa en Arabia y que opera unos quince aviones: Air Atlanta Icelandic.

Ayer nomás me preguntaban si me siento realizado como aviador… En total he volado por algo más de cuarenta y tres años, he registrado algo más de 32.000 horas en mi bitácora, en su mayoría como piloto al mando… Para un muchacho que tuvo problemas con los vientos cruzados, que se demoró en volar “solo", que se dejó asustar por las astas del toro y que sólo aspiraba a ser un “buen copiloto”… Creo que no ha estado tan mal, que tengo que agradecerle con humildad a la vida y, sobre todo, que no me puedo quejar!

“The story of my life

begins and ends with you

the names are still the same

the story is still the truth”

Quito, 19 de julio de 2013

Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario