31 enero 2013

Lenguas y dialectos (II) *

Cómo distinguir a las lenguas de los dialectos? (continuación)

"A simple vista, pudiera parecer que no existe ningún problema. Si dos personas hablan en forma diferente, entonces se podría pensar que existen realmente solo dos posibilidades. Sea que no se pueden entender entre ellas, en cuyo caso puede decirse que hablan dos lenguas diferentes; o sea que sí pueden entenderse la una con la otra, en cuyo caso se trataría de que estarían hablando diferentes dialectos de un mismo idioma. Este criterio de inteligibilidad mutua trabaja la mayoría del tiempo, pero no es un asunto tan simple como parece.

Un problema interesante se presenta cuando existe una continuidad dialéctica de tipo geográfico. Existe a menudo una cadena de dialectos que se hablan a lo largo de un área determinada. En cualquier punto de la cadena, los hablantes de un dialecto pueden entender a los de otros dialectos que viven en áreas adyacentes a las que viven ellos; pero encuentran dificultad en entender a gente que vive alejada en la cadena; y puede que encuentren que la gente que vive más alejada aún podría llegar a ser completamente ininteligible. Los parlantes de los dialectos en los dos extremos de la cadena no se van a entender entre ellos, pero están conectados de todos modos por una cadena de inteligibilidad mutua.

Esta clase de situación es muy común. Una continuidad de tipo extensivo relaciona todos los dialectos de idiomas que son conocidos como sería el caso del alemán, holandés y flamenco. Los hablantes de Suiza oriental no pueden entender a los hablantes de Bélgica occidental, pero están eslabonados por una cadena de dialectos mutuamente inteligibles a través de Holanda, Alemania y Austria. Existe una continuidad en el Romance occidental, que relaciona dialectos rurales del portugués, español, catalán, francés e italiano. Estamos acostumbrados a pensar en estos lenguajes como diferentes el uno del otro, pero esto es únicamente porque estamos normalmente expuestos a sus variedades estándar, que no son mutuamente inteligibles. A nivel local, no es posible efectuar una decisión clara solo en base a consideraciones lingüísticas.

Pero las decisiones se toman en base a otras consideraciones. A medida que cruzamos una frontera nacional bien establecida, la variedad de lengua ha de cambiar de nombre: el ‘holandés’ se convertirá en ‘alemán’, el ‘español’ se convertirá en ‘portugués’, el ‘sueco’ se transformará en ‘noruego’. Es importante apreciar que las razones pasan a ser políticas e históricas, no lingüísticas. Los argumentos acerca de los nombres de los idiomas a menudo se reducen a argumentos de naturaleza política, especialmente cuando existe una disputa que involucra a las fronteras nacionales.”

* Traducido del libro “Cómo funciona el lenguaje”, de David Crystal

Sydney, 30 de enero de 2013

Share/Bookmark

No hay comentarios.:

Publicar un comentario